València fue la provincia donde más casos penales por acoso escolar investigó el año pasado la Guardia Civil. De hecho, de los 120 atestados por bulling tramitados por los Equipos Mujer-Menor (Emume) del instituto armado, 61 fueron en València, mientras que Alicante registró 54 y Castelló, tan solo 5. Lo terrible de las cifras recogidas por la Guardia Civil es que casi el 60 por ciento de las causas penales por acoso escolar se instruyeron por delitos de lesiones, es decir, la víctima sufrió heridas físicas por parte de sus compañeros de colegio.

El segundo delito más denunciado fue el de amenazas, con 24 casos. Por detrás quedan las injurias (7), el trato degradante (6) y el acoso contra la libertad de las personas (6). Cierran la estadística de 2016 dos casos en los que se comprometió el derecho a la intimidad y a la propia imagen de la víctima y uno en el que el alumno acosado llegó incluso a sufrir torturas físicas.

La situación no parece estar mejorando. O, más cierto aún, las denuncias están yendo en aumento gracias, entre otras cosas, a las campañas para luchar contra una de las formas delictivas en los que los autores son menores de edad: el acoso a un compañero de clase o de centro educativo.

Así, según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, en los cuatro primeros meses de 2017, desde el 1 de enero al 30 de abril, los agentes de los Emume desplegados en la Comunitat Valenciana ya llevan 59 atestados por infracciones penales en el marco del acoso escolar. Es decir, en cuatro meses se han investigado y llevado al juez tantos casos como en la mitad de 2016.

La mayoría de esos delitos se han producido en Alicante, con 30 denuncias formalizadas que han generado las correspondientes diligencias judiciales. Los 29 restantes han tenido por escenario la provincia de València. Castelló, que el año pasado registró cinco casos, se mantiene este año con lo que parece un saludable cero. Sin embargo, la Guardia Civil no tiene claro que ese dato permita inferir que en Castelló no ha habido ni un solo alumno ni alumna víctima de acoso, «sino que posiblemente no se han denunciado aún», concluyen las fuentes consultadas.

Y, como el año pasado, las estadísticas de acoso las encabezan las denuncias por lesiones, posiblemente porque los casos en los que los autores agreden y causan daño físico son los que más animan a los padres a acudir a un cuartel en busca de ayuda.

Así, de los 59 atestados instruidos hasta el 30 de abril, 23 fueron por lesiones y 14 por amenazas.

Los Emume no sólo investigan denuncias por acoso escolar, sino que se ocupan de cualquier delito que afecte a menores, tanto si son víctimas como si son autores. En 2016, estas unidades tramitaron 132 causas con menores implicados. En la mayoría, lo fueron como víctimas (113), lo que supuso el 85 % de los atestados. Sin embargo, en estos primeros meses de 2017 esa tendencia se está invirtiendo peligrosamente y los menores como autores ya ocupan el 30 por ciento, es decir, el doble que el año pasado. Así, de las 66 causas abiertas con menores, en 44 aparecen como víctimas y en 22, como autores.

Las alarmas han saltado sobre todo en Castelló, que ha pasado de un menor detenido en todo 2016 como autor de un delito a once en los primeros cuatro meses de 2017.

También en Alicante se ha detectado el mismo fenómeno: en todo 2016 hubo 13 menores detenidos y hasta el 30 de abril ya van 9. Por contra, en València, esa correlación se mantiene: cinco detenidos en 2016 y solo dos hasta el primer cuatrimestre.

Por lo que respecta a los atestados generados por la violencia machista en el ámbito de la Guardia Civil -otro de los campos asignados a los Emume (además de todos los delitos contra la libertad sexual en los que las víctimas son mujeres o menores)-, durante 2016 los agentes tramitaron 3.968 casos, la mayoría en Alicante (1.752) y en València (1.643).

Sin embargo, en este primer cuatrimestre, la cifra no llega siquiera al millar -han sido 905 atestados-, lo que evidencia un fuerte descenso en el número de denuncias (casi 400 atestados menos).