Los arqueólogos comenzaron ayer los trabajos de excavación y exhumación de la fosa número 113 del cementerio de Paterna, una de las más grandes de España y donde el equipo, siguiendo los testimonios de familiares y de los registros municipales, espera encontrar tres sacas con alrededor de 60 fusilados por la represión franquista.

Durante el curso de la excavación, el equipo de arqueólogos podría enfrentarse a diversos problemas debido a la «poca fiabilidad» de los datos, como las aperturas de la fosa no registradas, como se constató en la número 82. Esta exhumación, también financiada por la Diputación de València, comenzó el pasado 18 de abril y los expertos esperaban encontrar los cuerpos de unas 20 víctimas aunque finalmente localizaron dos y que, además, ya habían sido parcialmente enterrados.

Se cree que la fosa 113 ha sido alterada en las exhumaciones que se hacían durante la transición e incluso antes. Una vez los expertos lleguen a niveles geológicos, la mayor cantidad de víctimas que se espera encontrar son las fusiladas el 18 de enero de 1940. Dos de ellas se tiene constancia de haber sido trasladadas a nicho y otras 52 «deberían de seguir en la fosa común».