La directora general de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) se reunió ayer con el comité de empresa de la antigua RTVV en el que fue el primer encuentro entre ambas partes desde que Empar Marco fue elegida para el encargo de devolver las emisiones a los medios públicos valencianos.

Una cita que transcurrió en un «ambiente de cordialidad» en la que la directora reiteró lo que viene explicando públicamente desde hace semanas: el proceso va a ser doloroso y nadie va a quedar contento.

Según fuentes consultadas por Levante-EMV, los representantes de los extrabajadores le expusieron a Marco la «posibilidad de reencender la radiotelevisión valenciana en 15 días», ya que, a su entender, se dan las condiciones técnicas necesarias y «hay una plantilla disponible», la de los exempleados que el 29 de noviembre de 2013 se fueron a la calle con el fundido a negro.

Sin embargo, Marco insistió en que hay deficiencias técnicas que impiden las emisiones en estos momentos. «No queremos volver con cuatro contenidos y que tengamos que irnos a negro a las dos semanas. Hace falta una plantilla, contenidos nuevos, la adaptación tecnológica,...», explicó ayer a este diario la directora general.

En este sentido, los sindicatos pidieron la aplicación del ERE que la Audiencia Nacional consideró legal el pasado mes de enero. Según este, la reapertura de la televisión obliga a reincorporar a la antigua plantilla, como recordaron ayer los representantes sindicales a Marco.

Ese fue uno de los momentos más tensos de la reunión, ya que algunos de los representantes sindicales insistieron en que «no hay voluntad política» para encender la radiotelevisión valenciana y que lo que se está intentando es retrasar las emisiones hasta después del 30 de junio, momento en que concluye el ERE y, por lo tanto, la sociedad no se vería obligada a la readmisión de los exempleados. También apuntaron a que los cambios técnicos se pueden hacer con ellos dentro y que «no es excusa».

«Falta de transparencia»

El proceso de reapertura no está consiguiendo escapar de la polémica. Ayer mismo, la Asociación de la Prensa de Alicante se unió a las quejas de la Unió de Periodistes que el domingo recogía este periódico. En un comunicado conjunto, las dos organizaciones denuncian su «exclusión» en todo el desarrollo, ya que aseguran que no se está teniendo en cuenta su opinión. Las organizaciones critican «la falta de transparencia», ya que aseguran que la documentación que aprueba el consejo rector «no es pública». Con todo, reiteran su disposición a reunirse con este órgano.