Para adelgazar, para sentirse menos hinchado, para tener más energía. Basta que un famoso abogue por una dieta en concreto para que cuaje entre miles de personas. Ahora le ha llegado el turno a la dieta sin gluten: retirar del plato todos aquellos alimentos que contengan esta proteína se sea o no intolerante. La visibilización de la enfermedad celíaca -hoy sábado se celebra el día nacional- ha hecho cada vez más accesibles los alimentos sin gluten para los intolerantes que no tienen más remedio que dejar de ingerir esta proteína. Sin embargo, cada vez más personas no celiacas se suman al «gluten free» -por moda o por convicción- sacrificando para ello todos los alimentos que contengan cereales como el trigo, la cebada, el centeno o la avena.
Ante esta nueva «moda nutricional», los expertos alertan: «no está demostrado científicamente» que aplicar una dieta sin gluten sin ser celiaco ayude a adelgazar o, simplemente, sea más sano e, incluso puede ser peligroso «si no se sabe compensar convenientemente la dieta». «Lo veo una insensatez. Si no hay indicación médica se debería de consumir porque cuando debes retirar de la dieta tantos cereales el aporte de hidratos de carbono complejos y de fibra disminuye y hay que tener apoyo especializado para saberlo compensar convenientemente». Para Alma Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas Nutricionistas de España la recomendación está clara: no hacerlo. Si aún así se quiere seguir esta dieta hay que hacerlo «siempre bajo control de profesionales» ya que el riesgo de dejar la alimentación «coja» es alto.
La opinión es compartida por Luis Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría y especialista en nutrición. «La proteína no es imprescindible para vivir. Es decir, cualquier persona sea celiaca o no puede vivir sin gluten pero hacerlo sin tener una indicación médica no es lo más recomendable porque hay que saber compensar esas restricciones. Toda restricción debe ser supervisada», insiste este pediatra. Blesa asegura que son cada día más los padres que preguntan por esta dieta para sus hijos «pensando que es más sana pero cuanto más restrictiva es la alimentación más difícil es de compensar y esto puede tener consecuencias sobre todo en los niños pequeños ya sea hablando de gluten o de otros alimentos».
Sensibles pero no celiacos
Blesa abre la puerta a que personas no celiacas sí noten mejoría al dejar el gluten. Se trataría de las personas «con sensibilidad al gluten no celiacos». «Es difícil de diagnosticar pero para eso siempre está el control médico», insiste. «Sería más frecuente que la enfermedad celiaca, entre un 4 o 5 % de la población puede tener síntomas como malestar o disconfort al tomar gluten aunque no tengan alteraciones intestinales aunque aún queda mucho por conocer y siempre, siempre, siempre, todo ha de hacerse bajo control médico».
