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Análisis

Felicidad incompleta en Compromís

La coalición mantiene sin resolver sus cuitas internas, como la forma del partido o el encaje de los adheridos, tras dos años de su éxito

Mónica Oltra, en la fiesta de los dos años de gestión celebrada el sábado por Compromís. germán caballero

Compromís se ha ido de fiesta este fin de semana, pero la resaca aflora nada más pasar los dos años desde que las elecciones de mayo de 2015 le impulsaron a la mayor cota de poder en su historia. La coalición vive, aparentemente, un buen momento. Sus perspectivas electorales no decaen. En el ecuador de la legislatura, las encuestas detectan que el Botànic tendría un recorrido superior a la actual legislatura y la vicepresidenta, Mónica Oltra, es la política mejor valorada. «Llevamos dos años y más que vamos a estar», ha dicho la también lideresa de Compromís esta semana. Los gritos de «presidenta, presidenta» en la celebración del sábado a mediodía le arrancaban una sonrisa prudente. Era una demostración de fuerza; capacidad de convocatoria en tiempos revueltos para otros partidos.

Pero la fiesta, y con ella la resaca, llega también en un momento en el que la coalición tiene abiertos todos sus frentes internos. Hay marejada. El dilema sobre si convertir a Compromís en un partido, una federación de partidos o mantenerlo como hasta ahora, una marca en la que conviven tres formaciones bajo un mismo paraguas electoral (Bloc, Iniciativa y Els Verds), sigue sin encararse. El consell general de Compromís, el órgano encargado de tratar las cuestiones internas, lleva varios meses sin reunirse.

El reglamento para las primarias que elegirán a los representantes de la coalición en las próximas convocatorias electorales sigue sin abordarse, lo que genera incertidumbre en muchos cargos.

Latente está también el problema de los adheridos, el millar de militantes de Gent de Compromís que sigue en una especie de limbo. Pagan cuotas pero no tienen derechos porque a la hora de la verdad ni pertenecen al Bloc, ni a Iniciativa ni a Els Verds. En febrero eligieron representantes para negociar su situación, pero no hay avances.

«Somos mano de obra barata»

«Es una situación alegal, no tenemos derechos, solo obligaciones», apunta uno de los negociadores designados por este colectivo.

Sin representación en los órganos de Compromís, la coalición nunca los ha reconocido. En diciembre pasado se concentraron ante la sede. «Estamos hartos», señala un integrante. «Somos mano de obra barata; pero hay mucha gente que se está cansando, queremos superar la estructura de partidos, la gente quiere afiliarse a Compromís que es lo que vende, porque gobierna, porque gustan sus políticas, pero tenemos un gran déficit de democracia interna», explican desde Gent de Compromís.

«Está todo parado, congelado, hay una tranquilidad aparente; no hay sensación de conflicto interno porque existe una especie de tregua para celebrar los dos años del Botànic», apunta un miembro de la ejecutiva del Bloc. «Todo está enfocado a la acción institucional y de gobierno, deberíamos ponernos ya a trabajar internamente», añade.

«Compromís vive de la inercia de lo que se ha hecho estos años», señala un destacado dirigente que prefiere el anonimato. «El poder agermana, no hay mejor pegamento , nadie quiere abordar las cuestiones espinosas», resume otro, con unos cuantos trienios de servicio.

«Es necesario ponerse a trabajar en el reglamento de primarias, hay que hacerlo con calma, si no se aborda ya será tarde; está muy bien irse de fiesta, pero el lunes -por hoy- deberíamos ponernos ya a trabajar; Iniciativa (el partido de Oltra) está enrocada porque no quiere perder sus privilegios», remarca una diputada autonómica que debuta esta legislatura. A todo ello se une el primer aniversario de una bicefalia en la dirección del Bloc que no acaba de funcionar.

La relación con Podemos

Además, en Compromís se juega también otra partida más soterrada. Es la relación con Podemos. Para la vicepresidenta y su formación, Iniciativa, el partido de Pablo Iglesias es clave en sus aspiraciones de sumar en 2019 más votos que el PSPV y convertirse en presidenta de la Generalitat. Ese es el objetivo, admiten varias fuentes, pero la fórmula para alcanzarlo no es la misma. En el Bloc se descarta ampliamente un pacto con Podemos al estilo de las últimas elecciones generales, pero en el partido de Oltra no le harían ascos a una unión temporal de este estilo si con ello se consigue superar al PSPV y llevar a Oltra al Palau.

En el Bloc son muchos los que quieren dejar claro ya que no habrá coalición en las autonómicas y creen que Iniciativa prefiere retrasar esta cuestión hasta el final de legislatura y entonces decidir lo que más convenga. En Iniciativa admiten que no quieren cerrar la puerta.

Esta semana, sin ir más lejos, Compromís ha desairado a Podemos al pedir que se aplace la moción de censura presentada en el Congreso, aunque el voto será favorable si se mantiene la censura.

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