El Festival Internacional de Benicàssim (FIB), el certamen de música en vivo con mayor proyección de cuantos se celebran en la Comunitat Valenciana y cuya 22ª edición comienza el próximo 13 de julio, verá reforzada su seguridad con unidades de élite de la lucha antiterrorista de la Guardia Civil tras el atentado de Manchester que segó la vida de 23 personas -incluyendo al terrorista suicida- el pasado martes al finalizar el concierto de la artista pop Ariana Grande. El refuerzo se produce a pesar de que España ha acordado no incrementar el nivel de alerta, que se sitúa en 4 (el máximo es de 5) desde los atentados de Túnez y Kuwait de junio de 2015, tras el brutal atentado en el Manchester Arena.

Fuentes de la lucha antiterrorista confirmaron a Levante-EMV que nada más producirse la última masacre atribuida al Estado Islámico (EI) en suelo inglés, el Ministerio del Interior confirmó que enviará una fracción del Grupo de Acción Rural (GAR) de la Guardia Civil para reforzar el dispositivo de seguridad del FIB, el festival de música valenciano con mayor proyección internacional y, por tanto, el más sensible a una acción terrorista yihadista por el eco que podría generar.

Las mismas fuentes insistieron en que «no hay ningún dato que apoye la idea de que el FIB sea en este momento un objetivo del EI», por lo que el apoyo del GAR es «únicamente una medida preventiva dentro de las acciones de seguridad que se están llevando a cabo en toda España dentro de los protocolos» que marcan ese nivel 4 de alerta.

El año pasado, durante la 21ª edición del FIB, el dispositivo de seguridad estuvo integrado por 1.600 personas, contabilizando Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Policía Autonómica, Protección Civil, bomberos, seguridad privada y voluntarios. Las fuentes antes citadas explicaron que ya en 2016 se contó en Benicàssim con la presencia del GAR, que mantiene las siglas de su primera denominación -Grupo Antiterrorista Rural- y que es la unidad de intervención de éilte n materia terrorista de la Guardia Civil. De hecho, el GAR mantiene su sede en Logroño y sólo tiene presencia constante en las tres capitales vascas y en Navarra, ya que, desde su creación, su labor fundamental ha sido la lucha contra el terrorismo de ETA.

Además de los agentes del GAR que serán desplazados a primeros de julio a Benicàssim, la Guardia Civil reforzará la seguridad del festival, que se celebrará del 13 al 16 de julio, con un incremento de los agentes de información, los especialistas en recabar y analizar datos, dedicados en exclusiva a la prevención de incidentes durante el festival castellonense.

Sólo el año pasado, según datos de la organización, el 48 por ciento de los asistentes a los conciertos del FIB procedían del Reino Unido, lo que da una idea de su vulnerabilidad desde el punto de vista de la estrategia antiterrorista. A ello se une que, sólo el año pasado, el FIB contó con 170.000 espectadores durante los cuatro días en que se celebró, cifra que sitúa el festival castellonense en uno de los eventos con mayor número de personas concentradas en un lugar y en un corto espacio de tiempo. Las aglomeraciones de este tipo están dentro de los objetivos de vigilancia especial desde que la amenaza yihadista las ha convertido en diana de sus acciones sangrientas en suelo europeo.

De hecho, los conciertos con asistencia masiva de público se han convertido en uno de los ejes en los que las fuerzas de seguridad ponen más esfuerzo preventivo desde que el EI convirtió en una masacre la actuación del grupo estadounidense Eagles of Death Metal en la sala parisina del Bataclan en noviembre de 2015. El atentado se saldó con 130 personas asesinadas en el Bataclan y en las terrazas de varios cafés y restaurantes próximos.