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Presupuestos 2017

El "cupo" que nunca toca a los valencianos

Canarias saca tajada como Euskadi de la debilidad de Rajoy; Cataluña recibe 4.000 millones en inversión y Extremadura y Andalucía saldan la deuda histórica

El "cupo" que nunca toca a los valencianos

El anuncio de Nueva Canarias que despeja el camino de Mariano Rajoy a la aprobación de los presupuestos de 2017 y que convierte a su líder, Pedro Quevedo, en el diputado 176 que necesita el PP para aprobar las cuentas del Estado y encarar con cierta estabilidad la legislatura, confirma una constante histórica en España. La de que los territorios que saben aprovechar la debilidad de los gobiernos de Madrid y se sientan a su mesa a negociar siempre acaban por sacar tajada en el reparto.

De esa necesidad de apoyos que tiene el PP se beneficia ahora Canarias con más de 204 millones para carreteras, ferrocarril, agua o subvenciones en vuelos a la península. Hace unas semanas lo hizo PNV, con un acuerdo que permite a los vascos ampliar su distancia en privilegios respecto al resto de territorios.

No son los únicas decisiones con trasfondo político de los últimos tiempos. Hace unas semanas, Rajoy anunció una inversión en Cataluña de más de 4.000 millones en infraestructuras, justo en el momento en el que Estado trata de contener el proceso independentista.

Aún está reciente también en el tiempo el acuerdo para liquidar lo que el Estado consideró deudas históricas con Andalucía y Extremadura, 1.200 y 400 millones.

Se rompe la igualdad

En este contexto, las encuestas empiezan a detectar que en la C. Valenciana cala ya la idea de que existe una marginación por parte del Estado a los valencianos y que sin capacidad de presión política el dinero no llega.

Una capacidad que nunca ninguna formación política valenciana ha tenido. Ni los diputados valencianos de las formaciones estatales por la obediencia debida a sus partidos, ni los cuatro diputados de Compromís que nunca aceptaron sentarse a la mesa del PP para negociar, pese a las numerosas presiones recibidas desde distintos sectores, entre ellos los empresarios, han cambiado esta situación. Compromís descartó sentarse a hablar con el PP para no legitimar su política, según la coalición.

«Se rompe por los presupuestos»

El Consell valenciano ya hace tiempo que dio por roto el principio de igualdad. «España se rompe por los presupuestos y así caminamos hacia un Estado fallido», ha repetido en las últimas semanas la vicepresidenta, Mónica Oltra. El principio de Igualdad que recoge la Constitución se ha quebrado con los valencianos, sostiene el presidente del Consell, Ximo Puig. «Si hay dinero para el cupo vasco también debe haberlo para la financiación valenciana», reclama.

Pero, mientras vascos, canarios o catalanes se llevan esta vez dinero e infraestructuras, la Comunitat Valenciana sigue a la cola en el reparto de los fondos públicos. Se ha situado ya claramente la última en financiación e inversión territorializada con una merma de ingresos que la Consellería de Hacienda cifra ya en 1.600 millones al año.

En estos momentos, las diferencias entre las comunidades forales (País Vasco y Navarra) y por ejemplo la Comunitat Valenciana son cada vez más extremas, unos dos mil euros menos por habitante en el caso de este territorio.

Pero pese a las diferencias de recursos, el Gobierno del PP ha autorizado condonar 1.400 millones del dinero que reclamaba al País Vasco por las competencias no transferidas y que los vascos paguen ahora menos por su cupo. No solo eso. La inversión en infraestructuras en Euskadi es de vértigo comparada con la valenciana. Aún así, aquel territorio recibirá por el apoyo del PNV al PP 3.300 millones para acelerar la alta velocidad en siete años.

Tractor parado

En cambio el tractor valenciano está parado. PP y Ciudadanos han renunciado a presentar enmiendas a los presupuestos de 2017 y las 600 de PSPV y Compromís no tendrán recorrido alguno. El frente común de las Corts quedó descafeinado al apartarse PP y Ciudadanos de la reclamación.

En esas, los populares han acusado a Compromís de dejar pasar su oportunidad de sentarse con el Gobierno por mantenerse de comparsa de Podemos. Cierto es que el pragmatismo del PNV ha sido visto con cierta envidia en un sector de Compromís. Pero ese tren ya ha pasado y el partido de Oltra está ahora mucho más cómodo en el nuevo escenario que se ha abierto, el de puente de diálogo entre Podemos y el nuevo PSOE de Pedro Sánchez.

Mientras, el cuponazo siempre toca fuera.

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