Si usted quiere empezar a correr, una de las primeras cosas que debe hacer es comprarse a unas buenas zapatillas para evitar lesiones y sobrecargas y no conseguirá el ajuste perfecto hasta saber si su tipo de pisada se corresponde con la de un pronador o un supinador, es decir, cómo se reparten las cargas en el cuerpo dependiendo de cómo se pise.

Las grandes marcas de zapatillas y centros comerciales ofrecen ya este tipo de estudios biomecánicos pero a costa, según criticaron ayer desde el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunitat Valenciana (Icopcv), de meterse en terreno que no les corresponde.

Esta es la queja que ayer lanzaron los responsables del Icopv desde el que se han anunciado, incluso, acciones legales para atajar lo que ellos consideran un caso de intrusismo en su profesión. «La ley no acaba de delimitar qué se puede hacer y qué no pero un estudio de este tipo no lo puede hacer un comercial solo con unas clases de unas horas porque, al fin y al cabo, se trata de dar un diagnóstico y eso solo lo puede hacer un médico o un podólogo», aseguraba ayer Maite García presidenta del colegio de Podólogos valencianos.

La institución, según anunciaron ayer, han iniciado acciones para valorar si estas prácticas suponen intrusismo y, si así fuera, ir a los tribunales. El colegio tiene activas cuatro querellas por otros tantos casos de intrusismo: desde personas que ejercen sin el título hasta esteticistas que hacen tratamientos en pies con problemas y no solo estéticos.

«No sé si habrá denuncias en cadena, aún lo estamos estudiando pero lo que están haciendo, al menos, es publicidad engañosa», insistió la presidenta «puede que sepan mucho de deportivas pero deberían de recomendarlas sobre un diagnóstico de un profesional».

En este sentido, y a la espera de acciones judiciales, García insistió en la necesidad de que las personas «sean conscientes de que una persona que no es un podólogo no puede hacer ni diagnósticos ni tratamientos y para eso está el número de colegiado», añadió.

La presidenta del colegio de podólogos añadió que un mal diagnóstico o tratamiento puede suponer un «riesgo para la salud del paciente» sobre todo cuando se trata de personas con problemas de diabetes».