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Medida

La solicitud telemática para ayudas al alquiler provoca grandes colas

La medida pensada para agilizar trámites causa problemas en los usuarios que no manejan la red

Largas esperas ayer ante el edificio PROP I de la calle Gregori Gea para entregar los documentos pertinentes y recibir las ayudas. germán caballero

El edificio Prop I de la Generalitat estaba ayer hasta los topes. La cola atravesaba la calle y es que, el próximo lunes es el último día para presentar solicitudes para recibir las ayudas al alquiler de viviendas. Decenas de personas formaban la larga fila que se mantuvo durante las mañanas del jueves y de ayer.

Esther lo sabe bien. «Vine el jueves y me tuve que ir a trabajar antes de que me tocara el turno, así que hoy [por ayer] he tenido que volver». Dani también ha ido y ha vuelto ya dos días, pero en su caso el motivo ha sido, como él dice, una «experiencia de novato». «Era la primera vez que venía y se me olvidó un papel, lo que no esperaba es que hubiera tanta cola».

Los usuarios achacan las largas esperas a que «todo el mundo lo deja para el último día» y «o lo haces o lo haces», según comentaba Jessica a Levante-EMV.

Pero dejarlo para el final no es, según cuentan, el único ingrediente que dificulta la agilidad de las peticiones. La Generalitat ha añadido en los trámites de este año que las solicitudes se tengan que presentar, en primer lugar, telemáticamente. La reforma que se habilita para aligerar trámites y facilitar los procesos crea, sin embargo, conflictos en algunos casos.

El problema viene cuando los solicitantes, que en su mayoría tienen pocos recursos, no pueden acceder a la red en casa por circunstancias económicas o no saben cómo realizar el proceso vía internet.

Regina cuenta que es la tercera vez que solicita la ayuda para el alquiler y que este año el nuevo modelo le «dificulta un poco todo el papeleo». Argumenta que ella no sabe «andar en internet» y que desde que ha de hacerlo vía telemática tiene que recurrir a ayuda externa: «Le pido ayuda a mi sobrina pero claro, llega un momento en que no puedo molestarla más porque está de exámenes». Entonces, es cuando Regina acude con sus amigas que se encuentran en la misma situación a un locutorio para rellenar las solicitudes. «No tengo ordenador en casa, así que voy al locutorio para tramitar las ayudas».

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