Compromís ha evitado en las últimas horas el enfrentamiento directo con Pablo Iglesias, su socio electoral, pero en la coalición valencianista el malestar con el líder nacional es amplio. Los primeros espadas guardan silencio. Ni la lideresa de Compromís, Mónica Oltra; ni el portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, han querido responder al dirigente tras sus críticas publicadas en una entrevista al calor de la moción de censura. Guste más o menos, el barco electoral ha sido el mismo dos veces en año y medio.

Pero el ataque de Iglesias al Bloc, de quien ha dicho que es una formación conservadora; y a Compromís, al que acusa de estar atado a Ximo Puig y de hacerle el trabajo sucio al PSOE y al que le reprocha que no haya consultado a sus bases sobre la moción de censura, ha causado indignación. Sin ir más lejos, diputados autonómicos la han exteriorizado las últimas horas.

En privado, los dirigentes de Compromís admiten que Iglesias se ha excedido: «Si entendiera bien la política valenciana no diría lo que ha dicho», asegura un cargo relevante de la coalición, que recuerda que en las autonómicas Compromís rozó el 20 % del voto y Podemos apenas superó el 10 %.

Fuentes de la coalición admiten que la relación con Iglesias empezó a torcerse hace ahora un año, cuando en la constitución de los grupos parlamentarios, los cuatro diputados de Compromís optaron por abandonar Podemos y se quedaron en el grupo mixto.

Ese día se rompió el idilio, apuntan en Compromís. Iglesias presionó todo lo posible para evitar la salida de los valencianos porque cuestionaba abiertamente su liderazgo en el Congreso y abría la puerta a que siguieran el mismo camino las otras confluencias, en Marea en Galicia y En Comú Podem en Cataluña.

Pero Compromís, remarcan fuentes de la coalición «no es una marea». La alianza con Podemos era estratégica, no ideológica, igual que la del PSPV en la Generalitat, subrayan. «Iglesias juega su papel y nosotros el nuestro, que es el valencianismo. No nos preocupa lo que haga», añade un cargo de la ejecutiva.

Otros representantes de la coalición no dudaron en publicar en sus redes sociales duras críticas contra el líder podemístico, que fueron respondidas a su vez por sus seguidores valencianos. Al comentario del diputado de Compromís Josep Nadal, donde recriminaba a Iglesias su «ignorancia» respecto a la política valenciana y achacaba a ella su pérdida de control de la formación morada valenciana, la senadora Pilar Lima contestó que Podemos no es la vieja política y no hablan en términos de «control». Lima representó en el pasado proceso interno autonómico la facción más cercana a Iglesias y acaba de abandonar el consejo estatal por el autonómico.

La diputada de Compromís Marian Campello aprovechó la referencia a las «bases» que hizo Iglesias para criticar la falta de democracia interna en la coalición, en alusión a la situación que vive Gent de Compromís en el seno del partido. Este colectivo lleva meses demandando más peso y representatividad en los órganos de decisión de la coalición, sin éxito de momento.

«Coordinar discursos»

Pero las palabras de Iglesias en la entrevista a Público, en las que lamentaba que «las élites de Compromís» estuvieran más cerca del PSOE que de sus votantes, no solo son un dardo directo a Oltra y a Baldoví, sino un primer recado para el nuevo secretario general de Podemos en la Comunitat Valenciana, Antonio Estañ.

El diputado alicantino se hizo con el cargo hace un par de semanas tras una campaña marcada por un mensaje: ruptura con el anterior secretario general, Antonio Montiel, y autonomía respecto a la dirección estatal de Iglesias. Según explicó Estañ a este periódico, las críticas de Iglesias «no afectan» a la relación que tienen con Compromís ni con el PSPV. «Sigue siendo la misma, mientras se cumpla con el pacto del Botànic», apuntó el secretario general. Así, desde la dirección del partido se pretende quitar hierro a la polémica, que circunscriben al ámbito estatal.

Sin embargo, la nueva cúpula de Podemos toma nota del incidente, que trasciende a un cruce de declaraciones. «Tiene que haber un discurso más coordinado», apuntó Estañ. En las próximas semanas, el nuevo líder autonómico, cuyo reto es unir las tres corrientes diferentes que salieron en la asamblea ciudadana, se sentará con el madrileño para hablar del «encaje» del Podemos valenciano en el estatal.