Había olvidado el día y, al contestar al teléfono, esperaba encontrar la voz de un paciente. Al otro lado estaba el presidente de los Premios Jaime I, Santiago Grisolía, dándole la noticia del galardón de viva voz. El jurado ha elegido premiar por unanimidad los 29 años de investigación de este neuroncólogo y neuroinmunólogo que ahora desarrolla su trabajo en el Institut d'Investigació Biomédica August Pi i Sunyer y en el Hospital Clínic de Barcelona pero que, durante 25 años, ha trabajado en Estados Unidos. El que el premio venga, precisamente, de dentro de España, es una de las cosas que más agradecía ayer Dalmau. «Además de por la calidad del premio o por quién está en el jurado, es una sensación muy bonita que el reconocimiento te llegue en tu propio país, además a la neurociencia, la hermanita pobre de la investigación», resumía.

Él, junto a su equipo, ponía patas arriba hace una década esta «hermanita pobre» descubriendo 10 de las 16 nuevas enfermedades neurológicas descritas ahora como autoinmunes, lo que ha ayudado a encontrar dianas terapéuticas y pasar de tener cuadros de alteraciones neurológicas y psiquiátricas sin conexión ni conocimiento de sus causas a desarrollar curas. La más famosa de entre ellas es la encefalitis por anticuerpos contra el receptor NMDA. «Antes no se sabía siquiera que existían ni sus causas o se atribuían a infecciones víricas. Ahora podemos encontrar cura en el 80 % de los casos». Esta aplicación clínica tan directa de sus investigaciones ha cambiado muchas vidas para bien, pero también la suya propia, según reconocía ayer Dalmau. «Para mí, que soy neuroncólogo, mi especialidad era la de dar malas noticias. Esto me ha cambiado porque a diario recibo llamadas y correos con agradecimientos».

Espera que el premio sirva para atraer la atención sobre este tipo de enfermedades «angustiantes» y también de llamada para la gente joven: «Que no se desanimen, un buen trabajo se puede hacer en todas partes aunque el equipo sea pequeño».