En el aula hay un apóstol, 36 discípulos y un evangelio que propagar. «Contadlo a la familia y a los amigos», ruega el hombre que trae el mensaje y lo divulga con pasión. Es Vicent Soler, conseller de Hacienda. Su prédica fundamental tiene trasfondo farragoso y nombre árido: infrafinanciación.

Cómo los valencianos reciben menos dinero del Estado que el resto de comunidades autónomas; de qué manera eso perjudica a su vida diaria (su educación, su sanidad, sus infraestructuras, su atención a la dependencia); y cómo hay que combatirlo con firmeza política y social ante Madrid. Ese es el discurso al que ayer se entregó el conseller Soler en el instituto público Manuel Sanchis Guarner de Silla ante 36 alumnos de la asignatura de Economía de 4º de ESO y 1º de Bachillerato.

Fue más de una hora de charla que se movió entre los bostezos y las cabezadas de sueño de las filas traseras cuando sonaban palabras apasionantes como Draghi o los países BRIC, que a veces suscitaba las preguntas afiladas de algunos discípulos entregados, y que estuvo salpicada por las risas cada vez que la sirena, el timbre o la megafonía («Mario Zaragozá, acuda a consejería») se colaban en la sesión.

Soler ha sido profesor toda su vida. Siempre de nivel universitario, excepto los cursos del 73 y 74 en los que, como favor personal a sus escolapios, enseñó Economía para alumnos de COU. Ayer era la vez que se encontraba con los estudiantes de menor edad que jamás había tenido a su cargo. Y si los caminos del Señor son inescrutables, los del apóstol Soler para llegar al instituto de Silla no lo han sido menos.

Jaume Navarro, un profesor de 29 años del instituto Manuel Sanchis Guarner, tuvo una idea: traer a un primer espada a su clase de Economía. Como quien lanza al mar una botella con mensaje, Jaume escribió un correo electrónico a Vicent Soler planteándole la posibilidad de que visitara su instituto. La respuesta, un poco más tarde, llegó. «Sí».

Y no solo se quedará en la experiencia piloto de ayer. Soler ya le ha planteado al conseller Vicent Marzà la posibilidad de visitar el próximo curso otros institutos para dar esta clase magistral a alumnos de la asignatura de Economía. Todo por la infrafinanciación.

Aunque Vicent Soler quería marcarse un monográfico sobre la materia, le pidieron una gran introducción general: de la globalización a China pasando por Trump o los aranceles del siglo XIX. «Yo soy economista, pero también socialdemócrata», explicó. «Hay que crear riqueza, pero redistribuirla con políticas porque el mercado sin regulación genera desigualdades y quiebras», defendió.

Pero Soler venía a hablar de su tema favorito: la infrafinanciación. Quiso seducir a su auditorio para que tomaran interés. «Açò no són numerets, sino la calidad de los servicios públicos», les advirtió. Y fue entrando en calor. «Es un sistema diabólico, perverso e injusto. No tengo palabras. ¿A santo de qué pasa esto?», exclamó a medida que iba explicando el sistema de financiación autonómica que perjudica a las arcas valencianas y tras cargar contra el pacto Aznar-Zaplana y también criticar la reforma de Zapatero.

Mientras unos alumnos se rascaban y otros se sostenían la cabeza o se frotaban los ojos (más por sueño que por la incredulidad de estar ante un conseller), Soler seguía poniendo toda la carne en el asador. «La pregunta es por qué. Y no tengo respuesta. Si no nos hacemos visibles políticamente en España, no cambiará. Como dicen en Rocafort, ja s´ha acabat el cafetí. No pasamos por ahí», sentenció un político que, según confesó a los alumnos, se acuerda «de la familia del señor Montoro» cuando lee el periódico.

En el turno de preguntas (más de media docena), una alumna formuló una cuestión interesante: «Si la desigualdad entre comunidades no es un problema creado por las personas, ¿qué puede hacer una alumna como yo o por ejemplo mi madre, que es solo una trabajadora?». Soler recomendó que se cree conciencia cívica contra la infrafinanciación. «Esto deberíamos contarlo por todos los institutos y por las asociaciones. Así tendríamos una fuerza negociadora mucho más grande», dijo. El Consell, prometió Soler, «en nombre de todos vosotros se romperá los cuernos para defender los intereses de los valencianos».

Para explicar la deuda valenciana, el conseller no solo se ciñó a la infrafinanciación. También aludió a «la mala gestión de los gobiernos anteriores: de un solo partido que ha ido engendrando políticas festivas», y a «la corrupción, que no solo atenta contra el orgullo de un pueblo, sino que también es muy cara».