La reunión prevista hoy en Luxemburgo entre el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Román Escolano, tiene un foco claro: cumplir con el plan de construcción de 35 centros escolares en la Comunitat Valenciana y obtener líneas de crédito para pequeñas y medianas empresas, dos objetivos que requieren de la financiación europea ante la asfixia económica en la que se mueve el Consell.

Al encuentro con Escolano acuden el director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Manuel Illueca, y el delegado del Consell para la UE, Joan Calabuig, quienes ayer tuvieron que hacerse con un centro comercial de la capital luxemburguersa a última hora de la tarde para buscar ropa seria y corbata tras haberse extraviado sus maletas en el aeropuerto Charles De Gaulle de París.

Puig quiere negociar una prórroga del plazo de justificación de las obras comprometidas, así como la posibilidad de reemplazar algunos proyectos de imposible ejecución por otros sobre los que sí hay más garantías. La Generalitat necesita justificar 150 millones que aportó el BEI en crédito para acabar este año los colegios a construir en las tres provincias valencianas. Pero no da tiempo. Del plan inicial de 35 colegios nuevos solo 17 estarán acabados en plazo y diez centros ya están licitados.

Además, Puig intentará recuperar otros 150 millones que ya tuvo que devolver la Generalitat por la falta de cumplimiento de los anteriores gobiernos del PP. Trasladar la imagen de seriedad ante Europa es algo que obsesiona al Consell Por ello, ese es también uno de los objetivos de la reunión prevista esta tarde en Estrasburgo con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.

Por otra parte, durante su visita, la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra pidió a la Unión Europea más liderazgo y un discurso «claro y unívoco» sobre políticas sociales como ya tiene en otros asuntos como el brexit.

Oltra se reunió ayer en Bruselas con Juho Romakkaniemi, el jefe de gabinete del vicepresidente de la CE, Jyrki Katainen, para exponer ante las instituciones comunitarias la «prioridad» de las políticas sociales del Consell.