Tres artículos del académico y profesor de la Universitat de València Abelard Saragossà publicados en Levante-EMV han bastado para agitar el panorama lingüístico valenciano. Tres argumentaciones que todavía resuenan en la propia Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), en el departamento de Filologia Catalana de la UV y también en el propio Consell, donde la Dirección General de Política Lingüística (DGPI) está en manos de Compromís, y en concreto del Bloc.

En el primer artículo (« Els «criteris» de la DGPI i les lleis valencianes», 8-08-2017), Saragossà describe como la DGPL ha elaborado el libro Criteris lingüístics de l'Administració de la Generalitat (2016), donde constata irregularidades destacables (desde la anonimidad de la obra a prescindir del Consell Valencià de Cultura y, sobre todo, de la Acadèmia Valenciana de la Llengua).

El segundo texto ( Recomanacions de l'AVL que la DGPL no ha atés, 10-06-2017) analiza las características internas del libro de la DGPL.

En su opinión, contiene tales deficiencias pedagógicas y científicas que los lectores solo podrían hacer « operacions vàcues intel·lectualment i pràcticament impossibles d'assimilar i usar». Además, el académico de la AVL sostiene que ese libro no resalta la personalidad del valenciano enfrente del castellano, y a veces supedita el valenciano al catalán. Además de ser « un llibre poc positiu des d'una pluralitat de punts de vista: des de la pedagogia a la ciència, des del valencianisme a l'ètica».

Abelard Saragossà contextualiza en su tercer y último artículo ( Els «criteris»: un retorn cap al passat, 12-06-2012), el libro de la DGPL dentro de la evolución del valencianismo y del valenciano escrito. Recurriendo a autores reconocidos (Lluís Polanco, Toni Mollà i Enric Sòria), afirma que el libro vuelve a «un valenciano poco reconocible», de los años ochenta. Aquella discusión sobre si el valenciano debía usar sus formas más genuinas o derivar hacía un catalán estándar.

Además, para fortalecer su discurso menciona a una persona destacada de Compromís (Amadeu Mezquida, ideólogo del influyente grupo Tirant lo Blanch, muy próximo a las tesis de la vicepresidenta Mónica Oltra y asesor del alcalde Joan Ribó ), para apuntar que el modelo lingüístico de libro de la DGPL vincula el valencianismo con los «Països Catalans», una opción electoral que nunca superó el 3%.

Por contra, Saragossà sostiene que el modelo lingüístico que favorece la Acadèmia Valenciana de la Llengua sería el que sintonizaría con los cambios producidos en el Bloc Nacionalista Valencià a partir de 1996 (que limitan la acción política a la «Nació Valenciana»). Así sostiene que esa dualidad explicaría que la DGPL se haya negado a aceptar las recomendaciones que la Acadèmia realizó en un informe.

El artículo termina apuntando la oposición manifiesta entre el libro de la DGPL y el objetivo que propone Mezquida: procurar « tancar les ferides obertes en la transició i en l'època del conflicte identitari».

Lo que evidencia que hay poca homogeneidad entre los intereses del gobierno tripartido de la Generalitat y el libro de la DGPL para los criterios lingüísticos de la administración valenciana.

Vuelve el debate lingüístico, si alguna vez se fue, pero ahora con el valencianismo en el gobierno de la Generalitat y con argumentos de una parte, y de momento con el silencio de la conselleria de Vicent Marzà, la Universitat y la propia AVL de manera oficial.