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Las consecuencias del congreso

El poder socialista valenciano en Madrid cambia de manos

Sánchez deja fuera a referentes históricos de las 'familias' valencianas, como Lerma o Ciscar - Figuras cercanas a Puig pierden representatividad

La renovación de órganos comporta indefectiblemente cambios que no siempre satisfacen a todo el mundo. Los que ha perpetrado este fin de semana Pedro Sánchez tanto en la ejecutiva como en el comité federal apuntan directamente a un importante sector del socialismo valenciano. Por primera vez en 20 años, Joan Lerma, referente histórico y expresidente de la Generalitat, ha quedado fuera de ambos organismos.

Junto a él, también ha caído Ciprià Ciscar. Fue secretario federal de Organización del PSOE entre 1994 y 2000, cabalgó entre los mandatos de Felipe González y Joaquín Almunia mientras estuvieron al frente de la formación del puño y la rosa. Estuvo presente en los comités federales que salieron de los congresos de 2008, 2012 y 2014, aquel que se celebró cuando dimitió Alfredo Pérez Rubalcaba. Además, representa, indudablemente, una de las «familias» con más peso en el PSPV. Tampoco ha conseguido la confianza de Sánchez para integrar ninguno de los dos órganos a través de los cuales se expresa el socialismo.

En el caso de Lerma, es la primera vez en dos décadas que sale con las manos vacías de un congreso estatal. A pesar de cierto distanciamiento en los últimos tiempos, al exjefe del Ejecutivo valenciano y el actual, Ximo Puig, les une una estrecha relación que se ancla cuando entre 1986 y 1995 Puig compatibilizó su trabajo en el Ayuntamiento de Morella con diferentes cargos en la Generalitat, entre ellos el de jefe de gabinete de Lerma.

Con todo, uno de los titulares más leídos en la resaca mediática postcongreso ha sido que la renovación de estos órganos ha comportado el fin de las familias socialistas. Una situación que se ha extrapolado a toda España y que en el caso valenciano se identifica con la salida de Ciscar y Lerma, dos de los tótems del socialismo autóctono.

Si bien es cierto que en la actualidad se mantienen más bien una segunda línea política, lo cierto es que ambos están en activo en ambas cámaras parlamentarias estatales y continúan acuñando las etiquetas de familias que aún pesan sobre muchas cabezas de Blanqueries: lermistas y ciscaristas.

En el caso del expresidente Lerma, en la actualidad es vicepresidente segundo del Senado, mientras que Ciscar reingresó en el Congreso cuando María Such fue nombrada directora general del Institut de la Dona. Había sido diputado en la Cámara baja durante 26 años, ocho legislaturas. La remodelación del segundo escalón del Consell el pasado verano, que comportó la salida de Such de Madrid para asignarle un cargo en la conselleria de Oltra, devolvió a Ciscar al escaño tras un descanso de 10 meses.

Jubilación de la vieja guardia

Se podría hablar de una renovación generacional en el aparato de Sánchez, si no fuera porque otros de más o menos de la misma quinta sí que han entrado en los órganos ahora renovados, así que más bien es simplemente un cambio de manos en el poder de la «voz valenciana» en el socialismo. Es el caso de Andrés Perelló, que dirigirá la macroárea de Justicia y nuevos derechos, o José Luis Ábalos, el nuevo secretario de Organización del PSOE.

El síndic en las Corts Manolo Mata ha renovado en el comité federal, mientras que el alcalde de Torrent, Jesús Ros, se estrena en el mismo. Han salido de este órgano José Muñoz, el único valenciano presente en la gestora que ha dirigido el partido tras la dimisión de Sánchez el pasado mes de noviembre y una de las apuestas claras de Puig, quien le ha dado también más protagonismo en las Corts. También sale el propio Puig del comité federal, junto con Carmen Martínez, vicepresidenta del parlamento valenciano y una de las voces valencianas más presentes en estos órganos estatales.

También lo es la eurodiputada Inmaculada Rodríguez Piñero, persona de confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba. La europarlamentaria estuvo desde 2004 hasta 2012 en la Ejecutiva, y desde 2014 hasta ahora en el comité.

La sorpresa ha sido Carmen Montón, en su día mujer de confianza de Sánchez y hoy fuera de cualquier órgano. La consellera pasó a un plano más discreto cuando los barones promovieron el derrocamiento del líder del PSOE y, aunque ella no firmó el documento que provocó la salida de Sánchez, tampoco ha hecho campaña por él.

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