«Repetir curso no conduce a nada, y en España con una tasa del 35,5 % de repetidores a lo largo de la ESO estamos convirtiendo en algo general lo que debería ser una excepción». Así instó ayer en el Congreso de los Diputados el número dos de la Conselleria de Educación, el secretario autonómico Miquel Soler, a abrir el debate sobre la conveniencia o no de repetir curso cuando esto supone un gasto «inmenso» y los resultados de estos alumnos «apenas mejoran».

Soler compareció en la Comisión de Educación de la Cámara Baja en la que se debate el pacto educativo. Aunque lo hizo, como el explica, «a título particular», como experto -es catedrático de Matemáticas en Secundaria y fue director del Centro de Desarrollo Curricular del Ministerio de Educación (1992-1996) con Rubalcaba de ministro y director general de FP del ministerio de Educación (2008-2012) durante el Gobierno de Zapatero- el rechazo a la repetición de curso es uno de los muchos temas educativos en los que Soler y el conseller Vicent Marzà van de la mano.

Sin ir más lejos, hace seis meses, el tándem que forman el dirigente de Compromís y el ex vicesecretario de Educación de la ejecutiva del PSPV, coincidieron en las acciones a aplicar por la conselleria dentro de sus competencias para reducir la tasa de repetidores, que en la Comunitat está cuatro puntos por encima de la media española. Un 35 % del alumnado valenciano de 15 años, más del triple que en la UE (11 %), ha repetido curso alguna vez.

«Debemos abordar el tema de la repetición, y lo tenemos que hacer con medidas de compensación de desigualdades -dijo Marzà- como la escolarización temprana a los 2 años en Infantil y con programas de refuerzo», entre los que citó el Programa Mejora Aprendizaje y Rendimiento Alumnado (PMAR) de 2º y 3º de ESO que introduce la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), o el Programa de Refuerzo de 4º de ESO (PR4) puesto en marcha este curso por la conselleria. «Las medidas de refuerzo y apoyo son más efectivas que repetir el curso, pues casi ningún alumno mejora volviendo a hacer lo mismo», incidió Soler.

«Algo estamos haciendo mal»

El secretario autonómico pidió que el pacto educativo suprima la repetición salvo para aquellos alumnos que por causas excepcionales, como por ejemplo una enfermedad, se hayan perdido gran parte del curso. Según Soler aún son pocos los que «se atreven» a plantear el debate, pero «algo estamos haciendo mal, pues España es líder a nivel europeo en repetidores de curso con un 35,3 % del total del alumnado de ESO mientras en Finlandia es del 2,2 %, en Islandia del 0,9 % y en Reino Unido del 2 %».

Insiste en que la repetición de curso, de forma general, «replica las desigualdades sociales». «Los alumnos de familias más pobres y de nivel sociocultural más bajo son los que más repiten», subraya.

Soler plantea que en los 13 años de formación generalizada, pues a la enseñanza obligatoria a los 16 años suma el segundo ciclo de Infantil (3-5 años) «lo que hay que trabajar es que el alumno cada año sepa más cosas y adquiera más competencias». Para ello propone medidas de apoyo para los que lo necesitan, grupos flexibles y desdobles. «Nuestra obligación como sociedad es acompañar a los que precisan más ayuda».

Para ello propone generalizar la Educación Infantil a los dos años «porque eso permite detectar los problemas de aprendizaje de forma precoz y actuar antes, y reduce las desigualdades», así como potenciar la enseñanza hasta los 18. «Si queremos que el 85 % de los jóvenes tengan una FP o Bachillerato debemos combatir el abandono educativo», dice.

Graduado innecesario

En este sentido reclama sustituir el graduado en ESO por un certificado de orientación en el que según las competencias adquiridas a los 15 años se encamine a los jóvenes hacia una FP Básica o de Grado Medio, o a un Bachillerato de tres cursos: dos de formación general y un tercero de orientación universitaria similar al desaparecido COU. Todo esto manteniendo la educación obligatoria hasta los 16 años, pero al iniciar a los 15 una etapa no obligatoria se motivaría a los jóvenes a seguir estudiando hasta los 18. En el caso de FP Básica también insta a incentivar a las empresas que contraten a estos jóvenes a impartirles formación continua equiparable a una FP de grado medio.