La carta remitida por Sanidad alertando a los padres de lo sucedido tras la inspección realizada en la Ribera ha sido la primera y casi la única explicación que han tenido los padres sobre lo sucedido. En la misiva se especifica que el día de la visita en Neurofisiología, al niño no solo se le practicó «la prueba solicitada por su médico sino también se le realizó la 'estimulación del nervio frénico izquierdo y derecho'». Además se concreta que, sobre esta prueba «ustedes no habían sido informados ni por tanto habían otorgado su consentimiento». En la carta, firmada por la directora general de la Alta Inspección Sanitaria, Isabel González y fechada el pasado 26 de mayo, se manda un mensaje tranquilizador a las familias: «Para su tranquilidad no hay constancia de que dichas pruebas adicionales hayan causado daño o hayan tenido efectos secundarios en su hijo/a», párrafo al que la empresa gestora del hospital se acoge para, también, tranquilizar a los padres sobre lo sucedido.
La carta termina con el anuncio de la conselleria de que los hechos se van a poner «en conocimiento de la Fiscalía por si pudieran ser constitutivos de falta o delito penal», ya que, según se argumenta, «Conselleria considera que estos hechos afectan a los derechos esenciales a la información y al Consentimiento Informado».
