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Cuando Rafa García quiso ser líder local y alcalde

El candidato que defiende la bicefalia reunió liderazgo orgánico e institucional en Burjassot en 2012

Cuando Rafa García quiso ser líder local y alcalde

Un macguffin es el elemento de suspense que hace avanzar la acción en las películas de Hitchcock, creador del concepto. El robo de un collar, la declaración de un espía... Podría ser ese factor u otro intercambiable. Esa es la característica del macguffin.

En las primarias del PSPV, el macguffin es la bicefalia. O sea, que personas diferentes ocupen la presidencia de la Generalitat y la secretaría general del partido. Es el argumento fundamental esgrimido para lanzar una candidatura alternativa a Ximo Puig, quien ahora desempeña ambas funciones.

El argumento es la necesidad de amplificar la voz del PSPV de cara a las elecciones de 2019 y poner más atención en la militancia y en las estructuras de un partido que consideran «abandonado» al estar sus rectores ocupados en el gobierno de la Comunitat Valenciana.

El alcalde de Burjassot, Rafa García, uno de los más importantes apoyos de Pedro Sánchez en territorio valenciano y hombre muy próximo al actual secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, lidera la candidatura alternativa, que defiende este modelo dual.

García ha conocido la bicefalia en carnes propias. Cuando en 2011 consiguió el apoyo para ser el candidato socialista a alcalde de Burjassot, él no era secretario general de la agrupación local. El PSPV consiguió mantenerse en el gobierno local, aunque fue superado en votos por el PP por primera vez en más de 30 años.

En virtud de un pacto con otras fuerzas de izquierda, el socialista pasó a compartir la alcaldía con Jordi Sebastià, de Compromís: los tres primeros años para este y el último, a partir de 2014, para el socialista.

García no sería líder orgánico del PSPV de Burjassot hasta el 2 de julio de 2012, un año largo después de los comicios. Entonces se puso fin a la bicefalia y asumió la secretaría general además de la jefatura del grupo en el ayuntamiento. Su candidatura explica que cogió el mando del partido al dimitir por razones personales el secretario general anterior y que obtuvo el respaldo del 98 % de los militantes.

Según fuentes consultadas, los argumentos utilizados entonces fueron los de reforzar la figura de García ante el entonces alcalde Jordi Sebastià (de Compromís) y de cara al traspaso de la vara de mando (se produciría en 2014) y las siguientes elecciones municipales, en las que volvería a ser el candidato socialista. Algo del plan debió funcionar, porque García no comparte alcaldía tras los comicios de 2015.

Fuentes de su equipo rechazan cualquier paralelismo con la situación actual de la dirección de país. Ni por el momento histórico, ni por la organización (un municipio comparado con una comunidad). Aseguran que el paso de Garcia recoge el impulso de las bases y la necesidad de reconectar el partido con la militancia y la calle en una etapa de fuerte competencia en la izquierda.

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