La celebración o no de los congresos locales en la provincia de València será una de las primeras decisiones que tendrá que tomar la nueva gestora aprobada el pasado miércoles bajo la tutela de Génova. El diputado nacional Rubén Moreno y su equipo de cuatro personas (María José Català, Antonio Clemente, Blanca Garrigues y Juan Giner) tienen la encomienda de destensar la situación en la provincia y vigilar que los aspirantes en liza (el ya expresidente Vicente Betoret y la portavoz del PP en la Diputación de València, Mari Carmen Contelles) no solo deponen las armas, sino que dejan definitivamente la campaña interna.

El vicesecretario de organización del PP, Fernando Martínez Maillo, dejó claro en su visita exprés a València para bendecir la disolución de la dirección provincial que el bien a proteger son las elecciones de 2019 y que el congreso puede esperar.

La prolongación en el tiempo de la gestora podría no ser un problema si, como todo apunta, la dirección regional se hace cargo de las tareas del aparato. La presidenta del PP, Isabel Bonig, está dispuesta a pisar la provincia para ganar presencia en un territorio que hasta ahora no controlaba. Recorrerá los municipios y llenará el vacío de poder tras la marcha de Betoret.

Ahora bien, el problema reside en los municipios. Los procesos de renovación interna en los pueblos estaban pendientes de que se celebrara el congreso provincial. Cerradas las puertas de este último, muchos dirigentes locales presionan para celebrar sus propios congresos.

Aunque algunos sectores mantienen que no puede invertirse el orden de la celebración de los congresos no parece que esta tesis tenga respaldo estatutario. Cabe apuntar además que, en todo caso, la decisión recae el ejecutiva regional. Al margen de la cuestión legal, algunas voces advierten de que si se desbloquea el proceso se corre el riesgo de trasladar la pelea Betoret-Contelles a las localidades. Sin embargo, paralizar todo el proceso interno puede ser contraproducente y acabar encendiendo más los ánimos en los municipios.

Moreno tiene pendiente una reunión con su equipo y la cuestión local será abordada. La dirección regional se decanta por permitir estos congresos locales. El más problemático es el de la ciudad de València, donde la herida por el impacto de Taula sigue supurando, pero hay otras muchas ciudades claves para la recuperación electoral que aspiran a celebrar ya sus propias primarias.

Entre tanto, la composición final de la gestora ha dejado varias lecturas en las filas populares, entre ellas el posible distanciamiento entre Bonig y la exalcaldesa de Alzira, Elena Bastidas.

La diputada no ha entrado finalmente en el equipo de la gestora y es la única de los cuatro nombres barajados desde el principio, que no estará en la foto. Bastidas es vicesecretaria regional y quiso mantenerse neutral en la batalla Betoret-Contelles.