La reciente dimisión de Rafa Carbonell como portavoz del Bloc, con críticas incluidas al conseller Marzà, sobrevoló ayer la reunión del Consell Nacional del partido nacionalista: «Podeu estar tranquils, jo sempre estaré ací», espetó la coordinadora general Àgueda Micó.

Los dirigentes del partido, incluido también el alcalde de Sagunt, Quico Fernández, alineado con Carbonell en el pasado congreso en que se enfrentaba a Micó, como el conseller Climent, de quien Carbonell fue jefe de gabinete, se esforzaron en cerrar filas para evitar que esta «pequeña crisis» se eleve de grado. «Tenemos que reconducir el consenso y que esta pequeña crisis nos sirva para fortalecer el proyecto. Tenemos el reto de revalidar el gobierno del Botànic en 2019», señaló Micó tras el consell.

Al menos en la reunión de ayer, nadie hizo causa de la salida de Carbonell para agitar un enfrentamiento interno que se creía apaciguado tras el Congreso de hace un año. Entonces, las posiciones enfrentadas de dos corrientes se zanjaron con un pacto de bicefalia: la coordinación, para Àgueda Micó; la portavocía, para Carbonell.

En la práctica, los esfuerzos de los dirigentes del Bloc se centran ahora en evitar que desavenencias dentro del partido difuminen su papel en el seno de la coalición Compromís, precisamente en un momento en que la Ejecutiva nacionalista se esfuerza en visibilizar su peso orgánico dentro de la coalición que lidera Mònica Oltra. «Necesitamos estar unidos y fuertes y ser la voz del valencianismo, una voz fuerte dentro de Compromís», dijo Micó.

Así, ayer quedó aparcado el debate sobre qué hacer con la plaza de portavoz que deja libre Carbonell con su dimisión. Los estatutos permiten sustituirlo: «La decisión se tomará con tiempo. Estoy en disposición de buscar la solución que vaya mejor a la mayoría». Más que sobre una persona, ayer se señaló la necesidad de «buscar consensos y que todos se sientan cómodos». Preguntada al respecto, Micó no aclara si apostará por asumir esas funciones o si esa plaza debería recaer en un dirigente de la sensibilidad que encabezó Carbonell. «Antes de posicionarme yo quiero escuchar a la gente», aseguró.

Ayer, los mensajes fueron de unidad, y también de respaldo a la política del conseller de Educació, Vicent Marzà, que recibió críticas de Carbonell en su carta de despedida por eliminar una línea de bachillerato del centro concertado en el que es profesor. Marzà pidió «sentido común y poder seguir adelante con la faena que se está haciendo con el plurilingüismo», y Quico Fernández recordó «la defensa desde siempre de los servicios públicos como estandarte del Bloc».

RTVV: Reforzar a Empar Marco

En el apartado de resoluciones, el presidente del Bloc, Enric Morera, propuso la creación de un grupo de trabajo específico de seguimiento sobre la puesta en funcionamiento de la nueva radiotelevisión, con el objetivo de que «dé cuenta ante el Gobierno del Botànic» del proceso y así «agilizar las emisiones».

Morera asegura que «hace falta un impulso decidido para empezar» y «hay que resolver los obstáculos administrativos que atrasan el proceso». «Dentro del escrupuloso cumplimiento de la legalidad, tenemos que ser más ágiles y reforzar a la directora, Empar Marco. Sobre el modelo y el presupuesto no tienen que haber discusiones, porque son los aprobados en las Corts», recalcó.