Con 25 años de experiencia en el cuerpo, Vicente Belles, coordinador forestal del consorcio de bomberos de Castelló, ha estado durante estos días trabajando varios turnos y más de 24 horas en la primera línea de fuego en el incendio de Gátova. Un incendio que calificó como «con cierta dificultad por las condiciones que nos encontramos tanto meteorológicas como orográficas», pero que no ha sido de los más complicados en los que ha estado.

Este veterano bombero explicó que, durante este fuego, los puntos más críticos en las labores de extinción se vivieron durante el mediodía del jueves, «donde, durante un tiempo, no sabría decir cuánto, el incendio estuvo fuera de capacidad de extinción, y el fuego tenía tanta virulencia que, por más medios que teníamos no podías hacer nada».

Así como durante la mañana del viernes, «cuando tuvimos que contener el frente que acechaba la Calderona, y el punto que amenazaba población de Soneja». Una situación que Bellés vivió ya hace ocho años aunque, puntualizó, «esta vez teníamos más claro que el incendio no iba a llegar pueblo ni saltar la autovía, porque las condiciones meteorológicas del viernes acompañaban más que en el anterior incendio».

En este sentido, explicó el bombero, «frenamos el frente con medios aéreos y, si no hubiera funcionado, estaba preparada la estrategia de provocar un contrafuego para evitar tener que cortar la A-23 y proteger Soneja, que era lo primordial».

Bellés, que estuvo desde el principio en el incendio de la Calderona combatiendo el fuego en los puntos más críticos, explicó que las dificultades principales del primer día fueron la hora en la que se declaró, a las 19 horas, «que prácticamente dejó sin posibilidad de trabajar a los medios aéreos».

Sin embargo, informó, «durante la noche pudimos mantenerlo hasta que, al mediodía del jueves, los vientos erráticos, las altas temperaturas y la poca humedad lo descontrolaron hasta tal punto que llegó a quedar fuera de capacidad de extinción y provocó ciertos momentos de conflicto».

Aún así, comenta, el sentimiento de miedo no le sobrevino. «Lo que tengo siempre es respeto. Nos enfrentamos a situaciones que en algunos momentos suelen ser preocupantes. En cualquier error de estrategia te juegas la vida y, ante todo, hemos de tener claro que lo más importante es nuestra seguridad, así que como en el caso del jueves, cuando el incendio estaba descontrolado, nos retiramos a puntos de apoyo hasta que rediseñamos la extinción», comentó.

Asimismo, para Vicente es cierto que, como coordinador de extinción, le gustaría que se hiciera más por parte de todas las administraciones en materia de prevención, «aunque dependiendo de lo que nos encontramos, actuamos de una manera u otra para apagar el fuego», explica este veterano bombero.