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Registro

La libertad de elección en el Registro Civil relega los apellidos más comunes

Las familias siguen optando por el paterno por tradición, y los que invierten los apellidos lo hacen por destacar el más original

El orden de los apellidos más comunes se mantiene desde hace años en la Comunitat Valenciana, un reino que está en manos de los García y de los Martínez. Un total de 115.430 vecinos de las tres provincias llevan en primer lugar el apellido García y 109.509 son Martínez. El tercer lugar, en València y Alicante, es para los Pérez (59.387 personas en las dos provincias) mientras que en Castelló, la medalla de bronce es de los López (4.633 vecinos).

Así lo reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2016. Y es así desde hace años, al menos desde 2006 donde tan solo varía el tercer apellido más común en la Comunitat Valenciana ya que mientras en València era López, en Alicante era Pérez y en Castelló Sánchez. De esta manera, no conocer a nadie que se apellide García, Martínez, Pérez, López o Sánchez parece misión imposible.

Sin embargo, la reforma el Código Civil -que entró en vigor el pasado viernes- obliga a que los padres hagan constar expresamente el orden de los apellidos en la solicitud de inscripción en el plazo de tres días. De la misma manera que eligen el nombre, deben elegir el orden de los apellidos. Y eso sí puede suponer el fin de la hegemonía de los García o de los Martínez.

Relegar el más común

Y es que existen dos argumentos esgrimidos por las familias que, hasta ahora, han optado por la inversión de los apellidos: el primero es que el apellido materno se «perdía» -al solo tener una o varias hijas cuya descendencia llevaría el apellido paterno en primer lugar- y el segundo es que el apellido del padre es «muy común».

Con estos dos argumentos, principalmente, el año pasado se inscribieron con el apellido materno en primer lugar un total de 276 niños (88 en Alicante, 38 en Castelló y 150 en València). En 2015 fueron 245 y en 2016, 261. Es decir, en los últimos tres años la cifra asciende a 782.

Y es que desde el año 2000 transmitir el apellido paterno de padres a hijos es una convención social más que un precepto legal, ya que la única exigencia para invertir los apellidos era que padre y madre estuvieran presentes a la hora de registrar al bebé. Ahora, sin embargo, con que en la solicitud conste la firma de los dos progenitores es suficiente.

Además, la reforma del Código Civil -en los artículos que hacen referencia a los apellidos (los únicos que han entrado en vigor) - deja en manos del encargado del registro la decisión de colocar uno u otro apellido en primer lugar si los padres no se ponen de acuerdo a las 72 horas del nacimiento del bebé.

Ahora bien, para tomar esa decisión, el funcionario tiene una serie de directrices y entre ellas se encuentra poner en primer lugar el apellido menos común (además de evitar composiciones malsonantes, realizar un sorteo o aplicar el orden alfabético).

Sin embargo, fuentes del Registro Civil de València aseguran que hasta que no pase al menos una década no se sabrá cuál ha sido la repercusión de la reforma del Código Civil, ya que aunque el debate está encima de la mesa la tradición parece seguir imponiéndose.

Tradición arraigada

Vega nació el pasado viernes, el mismo día en que entró en vigor la reforma del artículo del Código Civil que elimina la prevalencia del apellido paterno. Sin embargo, en su casa no ha habido discusión. Su primer apellido es Cantos, como su padre, y el segundo Sales, como su madre. Vega Cantos Sales podría haber sido Vega Sales Cantos pero la tradición es la tradición. «Sabíamos que la opción estaba ahí, pero la verdad es que ni lo pensamos. Hemos optado por el apellido tradicional», explican Verónica y Joan en el Registro Civil de València.

El mismo argumento utiliza Rafael Benítez, otro feliz padre primerizo. Su hija, Alejandra, llevará el apellido paterno en primer lugar. «Mi mujer se llama María Pilar Orts que es menos común que Benítez pero hemos optado por lo que marca la tradición. Sabíamos que estaba la opción de cambiar, pero nos gusta así», asegura.

Desde el Registro Civil aseguran que invertir el orden de los apellidos para que el primero sea el de la madre sigue siendo la excepción que confirma la regla, aunque ahora existan más facilidades.

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