A dos velas y prácticamente invisibles como parlamentarios. Así se quedarán los cuatro diputados críticos que abandonaron el grupo de Ciudadanos. Muy a su pesar el exsíndic de Ciudadanos, Alexis Marí, y los otros tres parlamentarios críticos (David de Miguel, Alberto García y Domingo Rojo) serán tratados en las Corts como tránsfugas, la palabra de la que reniegan ya que mantienen que ha sido su partido, y no ellos, quien ha estafado a sus votantes con un giro liberal.

El reglamento de las Corts, sin embargo, no entiende de disquisiciones ideológicas, ni de enfrentamientos personales, y sólo marca un camino para quienes pierden el escaño que ocupaban en su grupo parlamentario. Los díscolos de Cs habían intentado que se les aplicara un estatuto similar al que logró la exdiputada Glòria Marcos en 2008 cuando fue expulsada junto con otros tres diputados del primer Compromís.

Entonces, la Mesa de las Corts aprobó una resolución en la que se especificaban los derechos de los diputados no adscritos y marcaba una excepción para los casos específicos de las coaliciones electorales si todos los miembros de una misma formación dejaban de pertenecer a la coalición. En realidad, aquella excepción fue un guiño que el PP quiso hacer a Marcos en detrimento de Mónica Oltra, a quien el PP ya tenía en el punto de mira.

Aunque el tripartito, mayoritario en la Mesa, sintoniza con la causa del grupo de Marí, al final, no se forzó la norma. No se les permite formar grupo propio y quedarán en la misma situación en la que se encuentra los otros dos no adscritos Miquel Domínguez (exPP) y Covadonga Peremarch (exPodemos). Se sentarán con ellos en la última fila del hemiciclo, justo detrás del grupo de Ciudadanos.

En conclusión, la actividad de los cuatro diputados será muy limitada ya que no podrán presentar proposiciones no de ley, ni contar con un portavoz en la Mesa de las Corts o formar parte de la diputación permanente. Según el acuerdo de 2008, un no adscrito gozará «unicamente de los derechos reconocidos» individualmente considerados.

Así, tendrán derecho, entre otros, a formar parte de una comisión con voz y voto; a formular preguntas orales en uno de cada cinco plenos; a formular preguntas orales y escritas en comisiones; a explicar el voto en los plenos, y a presentar enmiendas parciales a iniciativas.

A nivel económico, al no poder ocupar ningún cargo de representación que les dé derecho a plus retributivo, la nómina de los cuatro será la básica (28.326 euros). Las Corts les facilitará un despacho y medios para realizar su trabajo.

116.000 euros menos para Cs

Ciudadanos, por su parte, también sale perjudicado con la escisión. Al perder cuatro de sus 13 miembros, el bocado a las dos subvenciones en concepto de gastos de funcionamiento y de personal es importante. Así por la primera perderá 67.200 euros al año.

Esta cantidad pasa a los no adscritos, pero es un dinero contra factura, es decir, por compra de material, etc. Por gastos de personal, Cs se queda sin 49.000 euros anuales , que no irán a los no adscritos porque no tienen derecho a contratar asesores. En total, 116.000 euros menos al año.

Cs perderá un representante en cada comisión. La silla será para el PSPV. Con todo, el acuerdo es satisfactorio para el grupo, según Mari Carmen Sánchez. Mireia Mollà (Compromís) y Manolo Mata (PSPV) mostraron su voluntad de mejorar la situación de los cuatro diputados, una posición a la que no se sumó Podemos y PP, con tránsfugas en sus filas.