Como un gran teatro en el que todos son actores y no hay sillas porque no hay -o no debería haber- espectadores. Así es como Francisco Mora, rector de la Universitat Politècnica de València (UPV), ve el papel que deberían tener las universidades, las empresas y la Administración para conseguir que el conocimiento llegue al tejido empresarial, una labor en la que todos se deberían volcar, apunta.

Su mensaje es claro: «La transferencia solo va a mejorar si mejoramos el entorno». «Para ser mejor universidad necesitaríamos mejor empresa y un entorno económico mejor», manifestó el rector, que cree que así la UPV podría retornar a la sociedad, en forma de innovación, los fondos que recibe.

Francisco Mora fue el invitado del segundo coloquio del foro Ingeniería y Sociedad, que se celebró ayer y al que también asistió el vicepresidente de la Agencia Valenciana de Innovación, Andrés García Reche, quien habló de la importancia de contar con empresas con «valor añadido».

Estos diálogos, que inició Avelino Corma el pasado mes de abril, están promovidos por la Mesa de la Ingeniería Valenciana y el Foro de Opinión Cívico-CV y cuentan con la participación de los diferentes colegios valencianos de ingeniería.

«La sociedad pone muchos recursos en las universidades y se les pide docencia, generación de conocimiento y que contribuyan al desarrollo», afirmó. No obstante, avisó de que «si no hacemos más entre todos», las universidades ya no tienen «margen de maniobra» en materia de investigación: «Es un problema de la sociedad, hay que revertir esta situación de forma urgente».

Es por ello por lo que el rector ve necesaria «una apuesta a largo plazo y una acción sostenible», en una España que invierte menos PIB en I+D que otros países europeos, pero que en un mercado global tendrá que competir con ellos para atraer investigador o evitar la fuga de cerebros. Pidió que haya un «Estado emprendedor», que invierta donde las empresas no llegan, además de intermediarios entre el tejido productivo y la universidad.

Y es que, «cuanto más puntera es la investigación, más se alejan del territorio los investigadores porque no encuentran un entorno competitivo. No tendría sentido tener algo parecido al MIT en València, si no hay un entorno», explicó. «Tenemos el viento en contra», aseguró, en referencia a la falta de financiación y a los profesores no ven reconocida su labor investigadora, entre otros obstáculos.

El reto ahora, tal como manifestó, es encontrar la vía para que la innovación se convierta en riqueza para la Comunitat Valenciana, lo que pasa por actualizar las empresas autóctonas, atraer a extranjeras y formar estudiantes «líderes» y emprendedores.

«Sálvese quien pueda»

El rector Mora también se mostró preocupado por el tiempo que tardará en cambiar el«ecosistema» valenciano de innovación. Destacó que el mundo actual «va muy deprisa y nadie espera», por lo que «somos nosotros los que tenemos que rescatarnos, no lo hará nadie. Esto es un sálvese quien pueda».

En este sentido, García Reche se preguntó si alguien piensa en las habilidades necesarias ante la nueva revolución tecnológica que se atisba, como el análisis de datos o la inteligencia artificial. «¿Quién hace algo para que el choque no sea tan fuerte? Nadie. O nos ponemos las pilas o no vamos a solucionar nada. Nos va a pillar esta revolución sin haber pasado la anterior», advirtió.

Por su parte, Mora añadió que «cada vez tenemos menos tiempo para mirar por el retrovisor, para reaccionar». A pesar de eso, aseguró que se dan avances, «pero preocupa el ritmo». No obstante, el rector cree que en esta «carrera de fondo, si miramos atrás, se han hecho muchas cosas». «Hay motivos para reivindicar, hay gente buena en València que se la juega con los mejores del mundo», defendió.