Con 42 años y cinco hijos, a Maria Ferrer una mamografía le enfrentó con la cruda realidad del cáncer de mama («un multifocal, cinco tumores de grado tres, infiltrante», recita de carrerilla), pero esa prueba diagnóstica, esa fotografía en blanco y negro, también le dio la vida.

Tanta que ayer se presentó en las Corts Valencianes con 200.000 firmas bajo el brazo que ella misma ha recogido en los últimos ocho meses para conseguir que la sanidad pública adelante a los 30 años las mamografías a aquellas mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama.

Ella tiene claro que si hubiera esperado hasta los 45 o 46 (edad en la que por protocolo la Sanidad realiza las mamografías con carácter preventivo), habría perdido la batalla. «En mi caso, en un año más, nada. No hubiera llegado», relató ayer emocionada. «Por eso lo he hecho, para que el resto de mujeres tengan la misma oportunidad, porque una mamografía te puede dar la vida», añadió.

Ferrer, que acudió acompañada por un grupo de amigas que vestían camisetas a favor de la lucha contra el cáncer de mama, entregó lo que ella calificó como la «caja de vida» al presidente de las Corts, Enric Morera, quien estuvo acompañado por representantes de todas las fuezas políticas del Parlamento. Fue un acto informal, en los pasillos de las Corts, pero todos los partidos quisieron sumarse a la imagen.

A María Ferrer, sin embargo, no es precisamente fotografiarse con los políticos lo que le interesa. Su causa es de otra índole porque, según explicó, lo hace para «dar vida y oportunidad a otras mujeres» que puedan encontrarse en una situación similar a la suya.

De hecho, ella misma confesó en su charla con los periodistas que hasta este viernes no sabrá si está curada o no. Cuenta que ella misma fue la primera sorprendida al comprobar cómo iba ganando apoyo de la ciudadanía. Inició su campaña con una petición en la web Change.org y al ver cómo el número de firmas subía, se decidió a llevar la campaña a pie de calle.

«Pueblo a pueblo, en plena quimio, con un paraguas, con mis cinco hijos y mi cajita de vida», explicó visiblemente emocionada. «Lo he hecho por otras mujeres, porque les pille a tiempo, por cariño y amor hacia las otras mujeres», añadió.

Ferrer insistió en que un cáncer de mama detectado en su fase inicial es cien por cien curable. Su petición está centrada en aquellas mujeres a partir de treinta años y que tengan antecedentes de cáncer de mama. Pese al importante respaldo conseguido, la solicitud no se tramitará como iniciativa legislativa popular ya que no cumple los requisitos establecidos.

Morera, sin embargo, se mostró convencido de que «tendrá buena acogida» por parte de los grupos parlamentarios. El responsable del parlamento valenciano indicó también que confía en que el trabajo «no caerá en un saco roto» y podrá traducirse en «una acción positiva por parte de la Conselleria de Sanidad». Tras la entrega de las firmas, Maria Ferrer y sus colaboradoras en la campaña asistieron a una parte de la sesión plenaria de ayer.