En las Corts, la sede de la soberanía popular, la encargada de legislar en materia autonómica y de fiscalizar al Consell de Ximo Puig y Mónica Oltra, la actividad se ha disparado en los dos últimos años.
Los registros de la cámara acumulan ya cerca de 50.000 iniciativas presentadas desde julio de 2015. A este ritmo, la legislatura, hoy en el ecuador y que acabará antes de las elecciones de 2019, va a convertirse en la más prolífica desde que existe autogobierno.
La actividad en estos dos años supera ya a la de siete de las ocho legislaturas anteriores. Un ejemplo: en los años dorados del PP, entre 2007 y 2011 se presentaron 37.000 iniciativas. En dos años de la actual, más de 47.000.
Sólo entre tres diputados del PP (Miguel Ángel Mulet, Juan de Dios Navarro y Rubén Ibáñez) acumulan casi 17.000 iniciativas entre solicitudes de comparecencias del Consell, peticiones de documentación, interpelaciones, mociones y preguntas de todo tipo, tantas como el tripartito, PSPV, Compromís y Podemos, junto.
El PP es el partido más activo, seguido de Ciudadanos. Compromís y PSPV mantienen cierta actividad aunque nada que ver con los años en los que estaban en la oposición y Podemos, siempre a medio camino entre el apoyo al gobierno y la necesidad de ser crítico con su gestión (como ha ocurrido esta semana), tiene un perfil muy bajo en iniciativas parlamentarias, apenas un millar, cuatro veces menos que el diputado del PP más activo, el castellonense Miguel Ángel Mulet, con más de seis mil. Las iniciativas de los populares superan holgadamente a las del resto de grupos juntas. La síndica Isabel Bonig tiene a su servicio un ejército de diputados siempre dispuesto a poner en apuros al Consell.
Además de Mulet, Navarro e Ibáñez, los tres por encima de cuatro mil iniciativas en dos años, aparecen José Juan Zaplana (1.162) y por encima de las 900 María José Ferrer San Segundo, Beatriz Gascó y Eva Ortiz. Aunque no todos los diputados populares llevan el mismo ritmo, según las estadísticas que maneja la cámara. También los hay más rezagados. El diputado de Gandia Víctor Soler acumula 78; Verónica Marcos, 90 y Vicente Betoret, inmerso en la batalla provincial, llega justito al centenar.
En Ciudadanos, el que mayor actividad acumula es el ahora portavoz adjunto Juan Córdoba, seguido de Antonio Subiela.
Ciudadanos acaba de perder a dos diputados que también están en el top ten tras dos años de trabajo parlamentario: el exportavoz Alexis Marí y el diputado David de Miguel, ambos en el grupo de los no adscritos. El que menos registra es el alicantino Emigdio Tormo, eso sin contar al secretario primero de la Mesa, Emilio Argüeso.
La actividad va por barrios
En el PSPV, la actividad de los diputados también difiere. En lo alto de la lista se sitúa el portavoz de Sanidad, el castellonense Ignacio Subías (1.270), y en la parte baja, Clara Tirado, con 10 iniciativas (aunque es cierto que ha estado de baja por maternidad) o Sabina Escrig.
También Compromís, ahora en el gobierno, ha bajado su actividad respecto a legislaturas anteriores. Aún así, parlamentarios como Isaura Navarro (la que más pregunta sin contar al PP), Juan Ponce o Belén Bachero superan el millar, pero otros como Graciela Ferrer, Víctor Garcia, Cristina Rodríguez o Josep Nadal no llegan a cien.
En estos dos años, la actividad de los populares es tan frenética que se acercan a 30.000 iniciativas mientras que en los últimos cuatro años de mayoría absoluta (los de Alberto Fabra en la presidencia del Consell) entre todos sus diputados, entonces casi el doble que ahora, sumaron 619. Tras pasar a la oposición más de la mitad de sus iniciativas son peticiones de documentación al Consell.
Mulet: "No es pedir por pedir"
De los 99 de la cámara el récord de actividad se lo lleva un diputado popular, el castellonense Miguel Ángel Mulet Taló, que visto que las Corts Valencianes también se sitúan entre las cámaras autonómicas con más movimiento será de los más laboriosos de España.
Solo Mulet ha presentado las mismas iniciativas que los 23 diputados socialistas juntos y cuatro veces más que los 12 de Podemos.
"Es mi forma de trabajar", responde Mulet, que durante 24 años fue concejal en el Ayuntamiento de Castelló y que debuta esta legislatura en las Corts. "También hacemos propuestas, no es pedir documentación por pedir", afirma.
Con todo, en el alud de peticiones de Mulet y sus compañeros de partido hay también una estrategia de acorralar al bipartito con iniciativas y peticiones de documentación a las conselleries para aflorar cuestiones a la actualidad que marquen la agenda o también para buscar sentencias judiciales contra el Consell y denunciar opacidad, como ya ha ocurrido en varias ocasiones esta legislatura.
Mulet, el diputado más activo, responde que no existe una estrategia de su formación para colapsar nada y solo admite que la lideresa del grupo, Isabel Bonig, les ha reclamado que realicen "una fiscalización muy seria", apunta. "Eso es lo que estamos haciendo; nuestra obligación es preguntar y la del Consell, contestar y distribuir el tiempo de su gente de la mejor forma posible, que espabilen, yo también he estado en el gobierno y sé lo que es", remarca.
Es lo mismo que hicieron en la anterior legislatura PSPV (40.152 iniciativas), Compromís (24.127) y EUPV (9.311) aunque ahora ampliado por el PP a juzgar por las cifras. De hecho, en la legislatura anterior (la de Alberto Fabra en la presidencia), una de las quejas más extendidas del Consell popular era que la oposición estaba colapsando la Generalitat a base de peticiones de documentación. Una estrategia basada, según el PP, en reventar la acción de Gobierno, con peticiones indisimuladas de expedientes y en dar palos de ciego en busca de material sensible, como las facturas de caja fija, más de seis millones de documentos.
La entonces portavoz del Consell, Maria José Català, llegó incluso a cuantificar en 6.000 horas de trabajo las que se necesitaban para facilitar los miles de documentos de la caja fija. En aquellos años, la hoy vicepresidenta Mónica Otra, solicitó la nómina de más de 1.700 profesores de religión cuando estaba en la oposición.
Pero, las tornas han cambiado. Ahora es el Consell bipartito el que se queja de falta de personal para realizar esta labor y denuncia casos como peticiones de documentos de Hacienda que vulneran la ley estatal, expedientes de mujeres víctimas de violencia o recopilación de facturas de la PAC cuyo traslado al diputado conlleva más de 50.000 euros de gasto y una previsión de tres años en disponer de toda la documentación como informó meses atrás este diario.
Al ritmo actual, la legislatura rondará las cien mil iniciativas.
