El número de detenidos por participar en la red dedicada a la venta de carne de caballo no apta para consumo humano desmantelada el pasado mes de abril en el marco de la operación Gazel, de la que ya informó entonces Levante-EMV y que afecta a siete comunidades autónomas, se ha elevado a 65 personas, entre ellas el cabecilla, un holandés asentado en Calp que fue arrestado en Bélgica, país al que enviaban la carne despiezada. El líder del grupo ya había sido detenido en 2013, cuando se detectó la primera trama de venta fraudulenta de carne equina.

Según informó ayer la Guardia Civil tras el levantamiento del secreto de sumario, la operación ha logrado desmantelar una red de comercialización europea con unos beneficios anuales de 20 millones de euros. A los detenidos se les imputan los delitos de maltrato animal, falsedad documental, prevaricación, contra la salud pública, blanqueo de capital y organización criminal.

La investigación comenzó el pasado verano, cuando se detectó la existencia de una trama que adquiría caballos en malas condiciones, viejos o, simplemente, bajo la calificación de «no aptos para consumo» y los sacrificaba en dos mataderos de León. Estos animales procedían de Portugal y de varios puntos del norte de España y eran distribuidos de diversas formas, aunque principalmente su carne era manipulada en una planta de Toledo y desde allí enviada a Bélgica, que a su vez exportaba de nuevo los productos a distintos países de la Unión Europea.