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Entrevista

Ximo Bosch: "Los políticos solo se interesan por la justicia para intentar controlarla"

El juez afirma que una tercera parte de los casos de enaltecimiento del terrorismo que se juzgan son tuits

Ximo Bosch: "Los políticos solo se interesan por la justicia para intentar controlarla"

P Este año la Audiencia Nacional ha condenado al rapero Valtonyc por injurias a la Corona y a Cassandra Vera por publicar chistes sobre Carrero Blanco. ¿La Audiencia está para juzgar ese tipo de cosas?

R Cuando ETA cometía atentados, a la Audiencia Nacional llegaban tres o cuatro casos al año por enaltecimiento del terrorismo. Ahora que ya no hay atentados, llegan treinta o cuarenta asuntos, que son básicamente comentarios o chistes en las redes sociales. La tercera parte de casos de enaltecimiento del terrorismo que la Audiencia Nacional juzga son tuits, retuits y chistes. Es un tribunal creado para combatir los grandes casos de corrupción, narcotráfico y terrorismo. Pero el real, el que asesina a personas. No debería estar para juzgar chistes y comentarios.

P ¿Hay un exceso de celo por parte de algunos jueces?

R La ley ofrece interpretaciones dispares sobre un mismo caso. El de los titiriteros fue un caso de libro. Una actuación que gustó mucho a determinados sectores, pero que fue una clara vulneración de derechos.

P ¿El Gobierno del PP está persiguiendo de manera interesada determinadas expresiones?

R En el caso de los titiriteros, Fernández Díaz dijo que se había desarticulado a un grupo dañino para la sociedad. Cuando es evidente que ni eran terroristas, ni tenían simpatías hacia el terrorismo. Hemos retrocedido en materia de libertades. En los ochenta, Tip y Coll contaban chistes sobre estos asuntos y no pasaba nada.

P ¿Los jueces son completamente libres a la hora de investigar casos de corrupción?

R Hay varios niveles. El primero es el de los jueces de base, los que hemos accedido a través de oposiciones. La sociedad puede estar muy tranquila porque no actuamos con ningún tipo de favoritismo hacia nadie. No he conocido jamás a un juez que por razones de su ideología favorezca al partido al que haya podido votar en las elecciones. Pero hay cargos a los que se accede a través de cuotas políticas. Es un reparto de la tarta por parte de los partidos. Lo mismo pasa en el CGPJ. En lugar de buscarse juristas con un perfil no partidista, resulta que el gobierno del Poder Judicial es una repetición de las mayorías que existen en el Parlamento. Ahí sí puede existir un riesgo para la independencia judicial.

P Entonces en España no hay una verdadera separación de poderes.

R No tiene por qué. Yo he visto al juez Castro actuar con total independencia en el caso Nóos. No ha habido coincidencia entre lo que pensaba Castro y lo que pensaba el tribunal que juzgó el caso, pero ambos actuaron de manera independiente. A esos niveles no se puede decir que ningún político haya presionado con éxito.

P La Justicia subsiste sumida en la precariedad. ¿Los políticos no ponen una solución porque no da tantos votos como la Sanidad o la Educación?

R Los políticos solo se han interesado por la justicia para intentar controlarla en su beneficio propio. Porque si no, no se explica el nivel tan lamentable de recursos con los que tenemos que trabajar. Estamos a la cola europea en número de jueces y a la cabeza en número de corruptos. Hay muchos juzgados que están trabajando por encima del 200% de lo que tendrían que trabajar. En los últimos cinco años no se ha creado ni un solo juzgado de Instrucción nuevo. Porque no da votos o porque no se ha apostado por un Poder Judicial fuerte.

P ¿Habrá huelga de jueces después del verano?

R Después del verano se valorará la situación. Hay juntas de jueces por todo el país que se plantean la huelga si no hay soluciones inmediatas para poner medios suficientes y resolver los casos en plazos razonables. Es culpa de los políticos que no nos dan los instrumentos. La situación es insostenible y con palabras ya no vamos a ningún lado. Se valorarán las medidas de presión necesarias, entre ellas la huelga.

P Esta legislatura jueces como Juan Pedro Yllanes y Margarita Robles han dado el salto a la política. ¿Eso no menoscaba la imagen de imparcialidad?

R Más del 99% de los casos que llegan a un juzgado no tiene relación con la política. Pero es cierto que aunque sean tan pocos, la imparcialidad es tan importante que se deben tomar medidas proporcionadas. El juez debería abstenerse en caso de que le llegara un caso que pudiera hacer peligrar su imparcialidad. Lo que me parece excesivo es que el juez no pueda volver a desempeñar su trabajo. De hecho, no me parece negativo saltar a la política. A mí me ofrecieron entrar en el Gobierno valenciano. También Pablo Iglesias me planteó entrar en Podemos. Yo lo rechacé por razones personales, pero no veo negativo que los jueces aporten su experiencia y conocimientos. Es bueno para la sociedad.

P ¿Es razonable que Iñaki Urdangarin esté libre en Suiza esperando la sentencia definitiva del caso Nóos?

R Me parece proporcionado. No existe riesgo de fuga, ni indicios para pensar que eludirá la acción de la justicia. La prisión provisional tiene un carácter excepcional, hay que esperar el fallo del Supremo en libertad por regla general. Mi impresión es que la sentencia está muy fundamentada, pero puede tener aspectos jurídicos discutibles.

P ¿Y es razonable que durante el juicio el fiscal Horrach y la Abogacía del Estado actuaran como defensores de la Infanta?

R Los órganos judiciales han tratado a la Infanta y a Urdangarin como a cualquier ciudadano. Por tanto, no entiendo el argumento de la Fiscalía de que se persiguió a la Infanta por ser quien es. En cambio, lo que nunca he visto es una actuación como la de la Fiscalía. Ni yo como juez instructor, ni en ningún otro juzgado. Me he tomado la molestia de preguntar a otros compañeros y me cuentan que no tiene equivalentes. Nunca se ha visto a la Fiscalía recurriendo autos de imputación. Actuando... Yo diría que sobreactuando. Ha habido una sobreactuación del fiscal Horrach, y con muchas descalificaciones hacia el juez instructor. La Fiscalía debe defender la legalidad, pero en este caso hubo un exceso que por ser la Infanta dio la impresión de que se buscaba favorecerla.

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