¿Está la labor realizada por Ximo Puig al frente del PSPV en entredicho si una decena de agrupaciones del PSPV vota mayoritariamente en contra de su informe de gestión? Para el equipo del reciente ganador de las primarias, no es así, ya que se trata de un porcentaje «menor» si se tiene en cuenta que hay un total de más de 200 sedes locales del socialismo valenciano y que, al final, la gestión será aprobada con un amplio respaldo en el congreso nacional de la semana próxima en Elx. No es comparable por tanto, agregan fuentes de la dirección, a la situación vivida por el anterior secretario general, Jorge Alarte, que vio en 2012 cómo más del 50 % de los delegados tumbaba su gestión.
Si bien la situación no se ha dado ni siquiera en la mayoría de municipios donde Rafa García, el perdedor de las primarias, se impuso, sí puede interpretarse como la persistencia del malestar. Fuentes de la candidatura de García aseguran que es un gesto de coherencia tras haber defendido que el partido estaba muerto, pero que no supone cuestionar al secretario general electo.
Al margen de Castelló, que votó el miércoles en contra, el no a la gestión se concentra en València ciudad y su área metropolitana, feudos de los críticos. València Nord, Russafa, Jesús-Patraix y Benimàmet son 4 de las ocho agrupaciones de la capital donde el no se impuso, aunque en el total de votos el apoyo a la gestión ganó. Burjassot, Alboraia, Albal, Pobla de Farnals y Pobla de vallbona son otras sedes que han tumbado la gestión.
