Los funcionarios tanto de las oficinas de desempleo de Alzira como del ayuntamiento reconocen que se enfrentan con casos similares casi a diario.

«¿Por qué razón tenemos que depender de los hijos, de un vecino o de un amigo que tenga internet para estas cosas?», se pregunta el afectado, que se siente molesto por la insensibilidad de la Administración. «¿Dónde está la ley que nos obliga a tener acceso a internet e impone un correo electrónico?», añade en otro interrogante no menos retórico. Los funcionarios reconocen en privado que la situación es injusta, aunque se sienten obligados a poner en práctica los métodos de trabajo que les imponen. «Muchas empresas privadas, y ahora también las públicas, obligan a realizar los trámites telefónicamente o a través de internet. No se puede ir contra del signo de los nuevos tiempos», apostilla otro joven empleado.