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Peligro en la red

Las especies invasoras colonizan internet

La fauna y la flora exóticas suponen un coste de 12.500 millones de euros a la Unión Europea

La Conselleria de Medio Ambiente mantiene desde hace años un estricto control sobre el comercio y la venta de mascotas, como las tiendas de acuarios y otros establecimientos que tradicionalmente han servido de puerta de entrada a las especies invasoras. Esta supervisión de las infracciones y la intervención llegan a ser bastante efectivas en las tiendas, pero en internet el control se complica extraordinariamente.

Entre 2010 y 2015, según el informe de actuación de control de especies invasoras elaborado por la Generalitat Valenciana, se realizaron inspecciones centradas en tiendas de venta de animales, para aficionados a los acuarios, así como también en centros de jardinería. Las inspecciones permitieron reducir la presencia de especies invasoras en este tipo de tiendas, ya que se detectaron infracciones en el 31,4% de los comercios inspeccionados en 2011 en la Comunitat Valenciana, cifra que bajó a un 3,8 % en el 2015.

En cuanto a la flora, las inspecciones detectaron irregularidades en un 27,7 % de los comercios en el 2014, mientras en 2015 se reducía algo más de dos puntos hasta alcanzar el 25,4%.

Vía libre en internet

Mientras la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente extrema su celo en las inspecciones sobre el comercio tradicional, parece difícil frenar la venta de estas especies en internet. De hecho, existen varias páginas web donde se pueden comprar fácilmente algunas de las especies invasoras más temidas por los técnicos del Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat.

En estas webs es posible comprar prácticamente de todo. El caracol manzana, por ejemplo, que puede provocar graves daños en las plantaciones de arroz de l´Albufera, es una de las especies de mayor éxito en la red.

Hasta ahora , este molusco, que coloniza el Delta del Ebro, no ha llegado a territorio valenciano, donde periódicamente saltan las alarmas sobre su posible presencia. La última hace unas semanas en el río Algar.

También destaca el caso de la tortuga Trachemys scripta, que es vendida como mascota y después abandonada en la naturaleza. Apenas se comercializan ya en las tiendas, pero es mucho más fácil adquirirlas en internet. En idéntica situación se encuentran los peces guppy que representan también una amenaza para las especies autóctonas.

Sin control

La misma web que ofrece el caracol manzana al módico precio de 1,50 euros el ejemplar, oferta también plantas como la pitera -cuya venta está considerada como una infracción (de hecho en el 2014 se incautaron 17 ejemplares en tiendas físicas)- que envían a casa desde Andalucía por cinco euros; o el jacinto de agua, un vegetal muy invasor que Medio Ambiente ha conseguido bloquear en Mercavalencia, pero que en internet es muy fácil de encontrar y aparece entre los primeros resultados en las búsquedas.

La mayoría de las plantas ofrecidas son ornamentales o utilizadas para limpiar o decorar los acuarios como la Salvinia natans o el camalote, que se sigue vendiendo pese a los daños que ha provocado en el Guadiana y otros ríos españoles.

Juan Jiménez, jefe del servicio de Vida Silvestre, admite que «es difícil acabar con cualquier tipo de tráfico en internet» aunque cree que al menos por el momento las ventas en la web no son superiores a las que se producen en tiendas o por intercambios entre particulares».

En cuanto a la Comunitat Valenciana, Jiménez recuerda que «entre el 30 % y el 40 % del esfuerzo de las brigadas de biodiversidad se centra precisamente en la lucha contra las especies invasoras».

Sin embargo, la venta de esta flora y fauna no autóctona representa un verdadero problema en todo el territorio nacional. Este año, la policía de Navarra denunciaba a un joven por intentar vender siluros, un pez voraz cuya presencia ha sido también detectada en l´Albufera de València. Se trata de un especie que se introduce en los ríos por su cotizada pesca, pero que resulta muy peligroso para las especies locales.

En 2013, la asociación ecologista WWF propuso controlar la venta ilegal en internet de especies exóticas invasoras, con la campaña #NoSonJuguetes. Para esta asociación, internet ya es la principal vía para el comercio «masivo» de estas especies.

Enfermedades mortales

Las consecuencias de la introducción de estas plantas y animales son catastróficas sobre las especies autóctonas, entre las que pueden provocar brotes de enfermedades muy graves, incluso mortales, o producir infecciones más persistentes. Esto hace a los animales más vulnerables a la depredación y mina su capacidad de reproducirse con éxito, según un informe de la Organización Mundial de Comercio (OMC). En cuanto a los vegetales exóticos, algunos pueden aumentar el riesgo de incendios.

El comercio de especies invasoras no solo tiene un potencial de impacto medioambiental desastroso, sino también económico; de hecho, ya supone un coste anual de 12.500 millones para la Unión Europea y a nivel mundial representan cientos de miles de millones de dólares, calcula la OMC.

El Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW)

ha constatado, en un detallado informe, la dificultad de controlar a nivel mundial la compra venta en la web de animales y vegetales prohibidos. El informe subraya el hecho de que las empresas de venta online aprovechan los fallos o vacíos en las legislaciones de los países y, además, recuren a «trampas» para dificultar la detección de este tráfico ilícito. Entre estas «trampas» figuran las faltas de ortografía voluntarias, como ocurre con el comercio de especies silvestres procedentes de China, o los intercambios en foros especializados.

Los expertos en diversidad y las ONG ven necesaria una mayor concienciación. Esta, según dicen, es la única vía, pero mientras cuaja, temen que internet pueda provocar un gran desastre ecológico con graves consecuencias.

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