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Estudio

Más de 73.000 jóvenes se ven obligados a trabajar para poder costearse los estudios

La situación se agrava para quienes pretenden emanciparse antes de los 30 años y muchos aceptan empleos para ayudar en casa

Más de 73.000 jóvenes de la Comunitat Valenciana se ven obligados a realizar sus estudios mientras los compaginan con algún trabajo. Así lo refleja el último estudio del Consejo de la Juventud de España, cuyos últimos datos corresponden al segundo semestre de 2016. Son la contrapartida al fenómeno de los ´ni-nis´ (jóvenes que ni estudian ni trabajan) y la mayoría de ellos simultanea ambas cosas por razones económicas; son los ´si-sis´.

Ya sea para a hacer frente a los gastos de la carrera o para ayudar económicamente en los hogares, lo cierto es que, según datos del citado estudio, un gran número de jóvenes valencianos trabajan en empleos con una capacitación inferior a sus méritos académicos. Concretamente la cifra asciende a 100.608, son los llamados «sobrecualificados».

Los contratos temporales siguen siendo la tónica general en el mercado laboral, puesto que más de 138.000 jóvenes de 16 a 29 años trabajan bajo esta circunstancia. En concreto, 20. 698 de éstos contratos tienen una vigencia de un año o más; 29.593, de cuatro meses a doce; 32.660, menos de cuatro meses; 49.248, de uno a cuatro meses; y otros 6.000 no han podido determinarse. Todo ello frente a los 110.037 que corresponden a los de tipo indefinido.

Por lo que respecta a la desocupación, entre este sector de población habría descendido un 8% respecto a datos registrados en 2015. Este porcentaje aumenta, sin embargo, hasta un 25% si profundizamos en jóvenes de 30 años desempleados de larga duración. Casi un punto más, un 26%, correspondería a aquellos que llevan en búsqueda de una ocupación entre tres meses y un año.

Cuanta más formación, peor

En comparación con el conjunto de España, la tasa de desempleo juvenil en la Comunitat Valenciana es mayor entre las personas con titulaciones superiores y menor entre las personas que sólo han cubierto el graduado escolar.

Si atendemos al incremento en el porcentaje del precio de los alquileres, en nuesto territorio, el mercado inmobiliario ha sufrido un aumento del 12,41% y un 0,76 %, más moderado, en el de la compraventa. Así, las tasas de emancipación son más altas entre la población de jóvenes que tiene estudios primarios (23,7%) y la que cuenta con estudios superiores (23%). Con esos datos en la mano, para una persona joven asalariada se ha incrementado en un 11,17% el esfuerzo que debe hacer para poder alquilar una vivienda, ya que compromete el 64% de su renta disponible, mientras que para un hogar joven este esfuerzo se sitúa en el 31%, con una subida moderada del 0,84% respecto a datos de 2015. La emancipación se plantea, por tanto, cada vez más inalcanzable a edades tempranas.

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