Un equipo de estudiantes de la Universidad Politécnica de València (UPV) compuesto por once estudiantes ha desarrollado una interfaz genética para comunicarse con las plantas e influir en su comportamiento y su floración, han informado fuentes académicas.

El proyecto, denominado ChatterPlant, es la propuesta con la que el equipo de la UPV participará en iGEM 2017, el certamen de biología sintética que organiza el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) y que consiste en desarrollar una interfaz genética que permita la comunicación bidireccional con las plantas aplicando pulsos de luz en las raíces previamente modificadas.

De esta forma, «ante condiciones climatológicas extremas o de sobrepoblación mundial, podríamos indicarle a la planta cuáles son nuestras necesidades, adelantar su floración y disponer de una cosecha en un momento dado», ha señalado el portavoz del València UPV iGEM 2017, Álvaro Ballesteros, alumno de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural.

Además de comprobar la resistencia de la planta a condiciones extremas, el sistema permitirá detectar si la mata está infectada.

Cuatro carreras y una idea

En el proyecto, participan once estudiantes de la UPV de diversas disciplinas, como Biotecnología, Ingeniería Informática, Ingeniería en Tecnologías Industriales y Bellas Artes, entre otras.

Para llevar a cabo este control, el equipo dispondrá de un Phytocomputer, que registra los parámetros relativos a la temperatura, la humedad y el fotoperíodo óptimo para el crecimiento.

«Junto al circuito genético, estamos diseñando un Phytocomputer o lo que nosotros hemos denominado una ChatterBox, que nos permitirá saber cuál es el estado de la planta», ha explicado Alicia Climent, integrante del València UPV iGEM 2017.

El equipo cuenta, además, con el apoyo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la Comunitat Valenciana, la Fundación Quaes y la Cátedra Bayer, y ya ha recibido una subvención por parte de la compañía GenScript.

Según el investigador y tutor de ChatterPlant, Alberto Conejero, este concurso «planta una semilla en aquellas empresas que acaban desarrollando y comercializando las ideas, y sirve para hacer más componentes de biología sintética, para probarlos y comprobar los nuevos usos que estos pueden tener en la sociedad actual».

Es el único equipo español que participa este año en el concurso de biología sintética del MIT. En 2016, la UPV obtuvo una medalla de oro y dos premios especiales.