Un PSOE como confederación de partidos o como partido federal. Ese es el trasfondo del debate que ha focalizado casi toda la atención de la ponencia política del XIII congreso del PSPV, que concluye hoy en Elx. Finalmente, el partido no moverá ficha hasta el extremo de pedir la emancipación y convertirse en otro PSC (Partit dels Socalistes Catalans), que tiene categoría de formación independiente.

Todo el debate de los últimos días se queda en definitiva en un juego de artificio o un esfuerzo estéril, porque la enmienda que proponía crear una comisión para avanzar hacia la desconexión con el PSOE, a imagen y semejanza del PSC, fue retirada ayer. La agrupación de Gandia, que era la proponente, llegó casi hasta el final, porque no aceptó diluir la iniciativa y la llevó hasta el plenario del congreso (el último estadio), donde la defendió para retirarla después.

De llegar a votación, hubiera sido rechazada con casi total seguridad, ya que en comisión la propuesta fue derrotada (62 votos en contra, 35 a favor y 6 abstenciones). No obstante, los representantes de la Safor (el territorio del hasta ahora secretario de organización, Alfred Boix, y de José Manuel Orengo, otro peso pesado de la estructura) no quisieron forzar hasta el límite con una propuesta de la que la dirección del PSPV está en contra.

Giro valencianista y hacia una mayor autonomía de la federación sí, pero no ruptura con Ferraz. Podría ser la síntesis de la posición de Puig y su equipo reflejada en la ponencia política. Lo dijo el presidente del congreso y el que será nuevo titular de valencianismo, José Chulvi: el PSPV refuerza en Elx su imagen valencianista.

La posición de Gandia, además de tensar una relación con Pedro Sánchez en vías de recomposición, suponía desnudar a Puig y los suyos ante una fácil contradicción, ya que hace unos meses, cuando la campaña de Susana Díaz a las primarias federales, se pusieron bajo el eslogan «100 % PSOE». ¿Y poco después trabajar por la desconexión?

La mayor autonomía en la toma de decisiones sí que es una de las conclusiones de este congreso y del PSPV renovado que sale de Elx. Los delegados sí que aprobaron ayer en este sentido defender la capacidad para configurar alianzas electorales en candidaturas territoriales, «como por ejemplo al Senado».

La mención no es gratuita, porque el no de Ferraz en mayo de 2016 a una Entesa al Senado con Compromís y Podemos fue la gota que colmó el vaso de los desencuentros entre Puig y Pedro Sánchez.

El PSPV sale de Elx insistiendo además en que cada territorio pueda organizarse como considere. Es la idea que ya llevó al congreso federal y fue derrotada. El trasfondo es dotar de representación total a las comarcas y eliminar la estructura provincial. O sea, una medida contra el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, aún líder en la provincia de València, donde concentra su poder.

Con todo, las dos medidas no dejan de ser una petición a las alturas, porque el PSOE tiene fijado que los pactos preelectorales y la estructuración territorial son cuestiones federales.

Los delegados aprobaron asimismo la limitación de mandatos (dos), pero solo para los cargos orgánicos, no los institucionales, con lo que quedaría en la voluntad de Puig optar a una tercera legislatura (ha dicho que solo se presentaría una vez más).

Un Botànic II, a consulta

Los sanchistas sacaron adelante por su parte que los pactos de gobierno tengan que someterse a la consideración de la militancia mediante consulta y previa campaña informativa, en la línea de lo aprobado en el congreso federal. Significa que un Pacte del Botànic II debería ser refrendado por las bases. La idea figuraba asimismo en el programa de Puig.

Del congreso salen también algunos posicionamientos sociales interesantes, como el rechazo a los vientres de alquiler (Joves Socialistes pedía más flexibilidad) y contra la custodia compartida como régimen preferente.