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Torrevieja

Baños de sol y sal en la laguna rosa

Decenas de personas acuden cada día a sentir la sensación de flotar en el agua a pesar de la prohibición de bañarse

Baños de sol y sal en la laguna rosa

Es una sensación única. Es lo que más repiten todos aquellos que han probado la experiencia de bañarse en un lugar único en España y que es lo más parecido a hacerlo en el Mar Muerto. La laguna rosa de Torrevieja se ha convertido en los últimos años en un punto muy concurrido por aquellos que buscan una alternativa a la playa para bañarse y probar lo que dicen es una buena terapia por las propiedades que tiene ese agua tan salina y los lodos. Y llegan como si estuvieran en una de las concurridas playas de la localidad, cargados con sillas y hasta sombrillas (aquí no hay sombra) difíciles de clavar en el suelo de barro y roca.

La mayoría de bañistas lo que desconocen es que el baño está prohibido en esta laguna, arrendada por el Estado a una empresa salinera que la explota para la extracción de sal desde hace décadas. Sin embargo, ningún cartel advierte de esta prohibición en este entorno protegido desde 1994.

La edil de Medio Ambiente, Fanny Serrano, advierte de este hecho. «Las lagunas están dentro del Parque Natural y están protegidas por el PORN, son ZEPA y LIC y no está permitido el baño». No obstante, el Ayuntamiento sí está estudiando acotar una zona para el baño. La Junta Rectora del Parque ha establecido unas comisiones de trabajo y una de ellas está destinada a cómo regular los usos internos del Parque, lo que podría implicar el baño en la espectacular laguna rosada. Aunque Serrano es poco optimista a este respecto. «Sabemos que hay una demanda turística importante de bañarse en la laguna pero lo veo improbable, aunque se está estudiando dentro de la comisión el Parque y siempre sería con los permisos de la Conselleria de Medio Ambiente. Ahí está el ejemplo del abandonado balneario de lodos que construyó el ex alcalde Pedro Hernández Mateo saltándose todos los permisos y eso no queremos que se repita».

Ajenos a esa situación los bañistas disfrutan flotando en la lámina de agua por la alta salinidad que presenta y que impide hundirse. Mientras se hacen «los muertos» al fondo se ven las máquinas que remueven las montañas de sal y a unos metros los remolcadores y los operarios que han iniciado este mes de agosto la nueva campaña de extracción de este indispensable condimento. La imagen parece sacada de un cuento de fantasía con una laguna de 1.400 hectáreas, más de 37 kilómetros cuadrados, de un llamativo color rosa fuerte y unas montañas al fondo que parecen nevadas y que, en realidad,son de sal, junto a una orilla también blanca.

El intenso color rosa, casi rojizo, de la laguna se debe a un microorganismo, el haloferax mediterranei, que sólo vive en ambientes muy extremos, como éste donde la elevada concentración de sal impide la vida de la mayoría de organismos. Los halófilos, microbios amantes de la sal, están ya siendo estudiados por las aportaciones que pueden tener en el ámbito médico y están presentes en otras partes del mundo como el Mar Rojo o el Lago Salado de Utah. En cambio, la otra conocida laguna del Parque Natural, la de La Mata, es de un tono verde y allí abunda la artemia salina que degustan aves como los flamencos.

«Como un spa»

En agosto y septiembre es cuando la laguna adquiere su tono más espectacular, lo que aprovechan docenas de turistas, como Marta y Claudia, dos colombianas que residen en Londres. «Venimos porque es muy saludable, es un lugar único y cada vez que nos bañamos notamos la piel más suave, aunque si tienes heridas pica (risas). Es como ir a un spa». De la misma opinión es un finlandés que, en inglés, explica que «es muy divertido y bueno para la piel». Para Gloria, Alba y Jorge, unos amigos de Alcoy y Orihuela es su primera incursión en la laguna donde flotas. «Hemos decidido venir porque el mar estaba revuelto y lo aconsejamos y la sal es exfoliante».

Paula e Hilario, una pareja de Madrid, aseguran que los baños en la laguna «vienen muy bien para la osteoporosis y nos vamos tan relajaditos a casa. Cada vez viene más gente y lo que tendrían que hacer es acondicionar un camino para llegar a la orilla».

Eso sí, todo aquel que se mete en la laguna, cuyo baño está prohibido, lo tiene que hacer provisto de sandalias o «cangrejeras» porque los cristales de sal del fondo pueden provocar importantes heridas. Y al salir de allí, una buena ducha de agua dulce. Obviamente no las hay en este espacio natural y los ingeniosos visitantes se llevan garrafas de 5 y 8 litros para quitarse la «capa» de sal que llevan encima.

Lodos

Además de un baño diferente, muchos de los que visitan la laguna buscan otra de sus propiedades, los lodos. En una pequeña laguna de un fuerte color naranja, encontramos a Anael y Botoum, dos jovencísimos franceses que escarban en el fondo en busca de los preciados barros con los que embadurnarse. «Son muy buenos y luego un baño para quitárselo».

Los beneficios de la lodoterapia pasan por sus propiedades mineralizantes, regenerativas y su efecto estimulante de la cicatrización. Además su alto poder calórico es señalado por muchos como anti-inflamatorio en casos de reumatismo, artritis, artrosis o recuperación de fracturas óseas, y aplicado en la piel elimina tóxicos linfáticos.

El que llega se llena de lodo hasta las orejas o sólo en las partes del cuerpo donde dicen necesitar una cura. Su olor también aleja a muchos otros que prefieren no probar los supuestos beneficios del fango. Con el cuerpo negro se pasean por la orilla bajo un sol asfixiante en estos primeros días de agosto, que hace que el baño de después en la laguna sea casi como hacerlo en una sauna, por la alta temperatura del agua.

Aunque lo realmente espectacular es disfrutar a orillas de la laguna rosa del atardecer, cuando el cielo también adquiere un precioso tono rosado difícil de olvidar.

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