La estrategia del PP para recuperar la Generalitat en 2019 pasa por seguir atacando la política educativa del Consell para desgastar al ejecutivo bipartito del PSPV-Compromís porque «sin ningún género de dudas, la educación en la Comunitat Valenciana es un verdadero caos», aseveró ayer la presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV), Isabel Bonig, en una entrevista con la agencia Efe, hecha pública un día después de su encuentro con el presidente Ximo Puig para tratar cuestiones como el decreto del plurilingüismo.

Bonig dijo que la «reclamación de libertad educativa» va ser «una punta de lanza» del PP, porque en su opinión el actual Consell «ha roto los puentes de diálogo» que había en este ámbito, ha puesto la educación «en el escenario político», y «han vuelto a enfrentar» a los valencianos.

La líder de los populares, que avanzó que no tiene «ninguna duda» de que será la candidata del PPCV a la presidencia de la Generalitat en los comicios de 2019 pues nadie de Génova le ha trasladado «lo contrario», consideró que un Gobierno que consigue el poder tras dos décadas de mayorías populares y «en su primer año y medio tiene a más de 300.000 personas en la calle protestando y reclamando libertad educativa, es el ejemplo de un Ejecutivo que ha logrado el enfrentamiento entre valenciano y castellano, entre la comunidad educativa y la conselleria e incluso entre las provincias», alertó para añadir que en sanidad también hay problemas con «cada vez más listas de espera» y porque «se han cerrado 3.300 camas».

Bonig rechazó que su partido se haya «radicalizado, cuando ellos son el ejemplo vivo del sectarismo y de la radicalidad», y quiso destacar que «el Consell quizá no está acostumbrado» a un PP que no solo «no se ha descompuesto», sino que «se ha recuperado y se ha armado con sus dificultades», tras la derrota electoral, y que está llevando a cabo una oposición «dura, seria y rigurosa, que ellos no esperaban, porque no están acostumbrados a recibir críticas».

Oltra, una «pésima gestora»

Para Bonig a quien más le incomodan las críticas al Govern del Botànic es a la vicepresidenta Mónica Oltra, a la que define como « una gran jefa de la oposición, pero una pésima gestora y una pésima vicepresidenta», por lo que la ve «otra vez en la oposición» dentro de dos años. En la entrevista a Efe consideró que Oltra «ha perdido la alegría, la chispa y el dinamismo» que tenía, y en estos dos años de gestión en el Consell ha demostrado que «le viene grande el puesto de vicepresidenta».