La lista de espera para ser operado de la rodilla o de la cadera se ha disparado en solo un año. De junio de 2016 a mediados de este año 2017, los pacientes que necesitan una prótesis o aquellos con luxaciones, desgarros o lesiones en la rodilla esperan ya entre un 23 % y un 44 % más de tiempo que hace doce meses y todo por la decisión de la Conselleria de Sanidad de dejar de enviar este tipo de intervenciones a la privada dentro del denominado plan de choque.
Este plan lo puso en marcha el Partido Popular para aliviar las listas de espera a través de recursos externos derivando a aquellos pacientes que ya llevaban esperando 3 meses y a los que el sistema público no podía atender.
La última actualización de las listas de espera quirúrgica, publicadas por la Conselleria de Sanidad hace solo unos días, permitió hacer la segunda comparativa interanual. Pese a que las grandes cifras (los días de espera total, por ejemplo) son mejores al punto de partida de diciembre de 2015 (la espera total ha bajado de 120 a 107 días) hay grupos de enfermedades en los que se han disparado la demora media desde junio de 2016.
Hasta un 44 % más de retraso
Los más afectados son, sin duda, este grupo de pacientes con problemas de rodilla y cadera. De esta forma, los pacientes que están esperando a recibir una prótesis de cadera, deben esperar ahora un 23% más que hace un año. Para los que necesitan una prótesis en la rodilla, la demora media de días ha aumentado un tercio, en concreto un 33%, de 103 a 137 días de media.
La palma se la llevan los afectados, por ejemplo, por problemas en el menisco y que deben ser intervenidos por artroscopia: si el año pasado por estas fechas su tiempo de espera medio era de 94 días (más de tres meses), ahora deben esperar hasta 136 días de media, un 44 % más de tiempo.
La memoria de gestión de 2016 de la Conselleria de Sanidad ya advierte que el año pasado se hicieron menos intervenciones en la privada dentro del plan de choque por la «retirada de determinadas patologías» como osteoartrosis de rodilla y cadera (donde es necesaria una prótesis) o trastornos internos de la rodilla, que son resueltos por astroscopia.
Fuentes de la conselleria justificaron que la decisión se tomó el año pasado tras constatar que «disminuyó la demora de traumatología» durante 2016 y la demanda se podía asumir «con medios propios». Los hospitales que habitualmente se encargaban de estas intervenciones (como Quironsalud o la Casa de Salud en València) dejaron de recibir pacientes para estas operaciones «a partir de septiembre de 2016», según personal de la privada, situación que se ha mantenido hasta este verano.
Sin embargo y, frente a esta explicación «oficial», otras fuentes apuntan a que podría haber consideraciones presupuestarias para haber tomado la decisión. Expertos en estas intervenciones han explicado a Levante-EMV que el coste de implantar, por ejemplo, una prótesis de rodilla en un hospital privado puede rondar los 4.500 euros «sin contar los 2.000 euros que puede costar la prótesis, que la paga directamente la Conselleria de Sanidad». La cantidad a pagar a la privada es sensiblemente más alta a la que la administración paga a sus propios cirujanos cuando trabajan por la tarde en el llamado autoconcierto. Esta opción es más barata para la administración ya que se utilizan las instalaciones públicas en horario en el que no hay programadas intervenciones y solo se ha de pagar al personal por sus horas extra.
Reactivación
Los responsables de Sanidad han anunciado que, a la vista del aumento en los tiempos de espera en estas patologías,se ha decidido reactivar el plan de choque y volver a mandar a estos pacientes a la privada: «se ha reactivado porque ya en los meses de mayo y junio del 2017 empezó a observarse un ligero incremento de la demora debido al aumento de los pacientes», han explicado. En la privada consideran que los primeros pacientes volverán a llegar a partir de septiembre, un año después de que el flujo se cortara.
Fuentes de la conselleria aseguran que seguirán trabajando «para reducir las listas de espera con todas las herramientas» y recurriendo al plan de choque «siempre que sea necesario».
