Camisas con estampados florales, bandas de música, mantones con bordados, confeti (mucho), alcohol y alfàbegues. Esos son los principales elementos del dia gran de Bétera, municipio en el que albahacas de casi tres metros llenan las calles de verde y de fiesta cada 15 de agosto. Como en todo festejo patronal, no puede faltar tampoco las figuras de festers i festeres, en este caso los majorals y las obreres, las encargadas tradicionalmente de vestir a la virgen, con la particularidad de que estas se dividen en dos solteras y dos casadas.

Son precisamente las dos fadrines las que desfilan junto a las 16 albahacas en un particular pasacalle de más de cuatro horas que bebe de la tradición más arraigada en el acervo popular de la mayoría de municipios, no solo valencianos, sino mediterráneos: la exhibición de la mujer soltera «en edad de merecer». Vestidas con traje tradicional, las dos obreras van acompañadas por sendos hombres que durante todo el recorrido les sostienen una parasol, mientras ellas realizan esporádicamente una vuelta sobre sí mismas, mostrando sus galas y saludando al público, quien aplaude la volteta.

La fiesta de les alfàbegues representa también el momento del año en el que todos los beterenses, mayores y niños, se reúnen para lanzarse kilos y kilos de confeti que los servicios municipales de limpieza se apresuran en recoger una vez finalizado el desfile, en el que no faltan los barriles con bebida fresca para hacer más ameno el paseo bajo el sol de agosto. En el origen de esta cercavila se encuentra la ofrenda a la Mare de Déu, así como las cualidades protectoras de esta planta frente a enfermedades contagiosas y la eliminación de los malos olores que estas provocaban. Aunque antiguamente eran las propias obreras quienes cultivaban las albahacas, ahora es un trabajador municipal el que se encarga de ello. En concreto, Ramón Asensi es quien controla el crecimiento de las plantas durante casi todo el año.

«Dentro de poco empezaremos a preparar los sustratos y la tierra, y hacia el mes de marzo comenzamos a plantar. Estas las plantamos el 28 de marzo», relata a Levante-EMV poco después de que las 16 plantas hayan salido del huerto. Este año, el tamaño oficial ha sido el de 2,84 centímetros, aunque Asensi se mostraba ayer convencido de que durante la noche habían pegado un estirón . «Seguro que si las medimos ahora, hemos superado el récord», fijado en 2,86 cm, aseguraba el alfabeguer.

El calor es el principal factor que influye en el crecimiento de estas plantas, que pueden llegar a aumentar una media de tres centímetros cada 24 horas. En el día grande de Bétera, las macetas son transportadas desde el huerto de alfàbegues municipal hasta la iglesia por los familiares y amigos de las obreras. En la puerta de la iglesia esperan las dos casadas y es en el templo donde permanecen hasta el próximo día 23 de agosto, cuando finalmente, sin luz y sin la media de 15 riegos por día, las plantas mueren. Hasta el verano siguiente.