El misterio del escondite de la pitón de Torrent ha quedado resuelto. Los vecinos de la finca donde desapareció el animal hace dos semanas pueden por fin ir tranquilos al baño después de que el propio dueño del animal, un niño de once años a quien sus padres le habían regalado la serpiente como mascota, la encontrara enroscada bajo el lavabo del aseo. El hallazgo confirma que la pitón, de apenas 50 centímetros de longitud, nunca llegó a salir de la casa, como así sospechaba la Policía Local de Torrent.

«Buscamos por todos los sitios, puse la casa patas para arriba pero hay mil millones de rincones en los que podía estar escondida», reconoce Susana después de que notificara ayer por la mañana a la policía que ya había encontrado a la serpiente de su hijo. «Él está la mar de contento, solo quería encontrarla. Vino corriendo con una cara de alegría cuando la vio», relata la madre.

Eran las doce de la noche del jueves cuando el niño entró en el aseo para ir al baño y, según cuenta, vio cómo la serpiente, llamada «Reifel», asomaba la cabeza por la parte superior del lavabo. Rápidamente corrió a llamar a su madre y ambos comprobaron que el animal estaba escondido en la parte trasera del mismo, enganchada y enroscada sobre la tubería, sin que fuera visible si no introducían la cabeza bajo el lavamanos, de ahí que no la hubieran visto antes.

«Estaba en una zona muy oscura, yo ya había mirado en la parte de abajo, pero ahí, como es tan pequeña, no se veía», argumenta Susana una vez zanjado el caso de la desaparición de la pitón, del que informó en exclusiva Levante-EMV, y que ha tenido a los vecinos de la calle Pascual Romero de Torrent en alerta ante la posibilidad de que el animal hubiera huido por las cañerías después de que se escapara del terrario hace catorce días.

Los vecinos están ya tranquilos

Lo primero que hizo ayer la dueña del animal fue bajar a colocar un cartel en el portal de la finca informando a sus vecinos de que la serpiente ya había aparecido. «Entiendo que la gente estuviera asustada por si les salía en su casa, pero ya pueden estar tranquilos, además ya dijimos que no es peligrosa y es muy pequeña», remarcaba la propietaria.

«Estaba casi segura de que estaba en casa en algún sitio escondida, por eso saqué y desmonté hasta los muebles, para encontrarla», explicaba la mujer. Además, «ya me habían dicho que no suelen irse muy lejos de su zona», confiesa tras la intensa búsqueda con final feliz para los vecinos.