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Análisis del atentado en la C.Valenciana

Un temor que amenaza al 13 % del PIB

La industria turística valenciana no detecta cancelaciones y confía en que el miedo no haga resentirse el destino

Un temor que amenaza al 13 % del PIB

No parece casual que el objetivo de los terroristas yihadistas de Cataluña haya sido la Rambla, emblema turístico de Barcelona, y la localidad costera de Cambrils (Tarragona). La oleada de matanzas indiscriminadas del último año, a base de atropellos masivos en zonas de gran afluencia, busca amplificar el eco internacional poniendo en jaque uno de los motores de la economía de los países europeos.

El puente de Londres; los Campos Elisios en París; el Paseo de los Ingleses en Niza (Costa azul francesa); un mercado navideño en Berlín... La Rambla de Barcelona.

La ciudad condal es epicentro del turismo español, y esa arteria por donde transitan 200.000 personas al día, su vía más emblemática: una ciudad de 19 millones de pernoctaciones al año; 408 hoteles; duodécima capital mundial del turismo. Los terroristas dieron en el blanco: más de una treintena de nacionalidades entre las víctimas y repercusión mediática global.

¿Hasta dónde alcanzará el impacto sobre un sector que aporta el 11,1% del PIB español; el 13,2% en la C. Valenciana, y generador del 14,4% de los empleos? «Calculo que en turismo de costa no nos debe afectar en casi nada. Pero en Barcelona puede haber una caída de reservas». Toni Mayor, presidente de la patronal hotelera de Benidorm y la Costa Blanca, Hosbec, se muestra moderadamente tranquilo. Sobre todo por la rápida actuación policial en Cambrils, destino de sol y playa.

El sector comparte el diagnóstico: no tiene por qué haber un impacto inmediato en los destinos valencianos tras la tragedia. «De momento no hay cancelaciones de ningún tipo. Ahora mismo, normalidad. Las cadenas no prevén anulaciones masivas», afirmaba ayer Luis Martí, portavoz de la confederación de empresas turísticas de la C. Valenciana.

Un millón de «turistas prestados»

Martí espera que en el medio plazo no exista un pérdida de confianza en España como destino seguro. «A Barcelona sí le va a afectar, sin duda. No prevemos que pueda extenderse a España», valora.

Desde la perspectiva de las agencias de viaje, Eva Blasco, vicepresidenta de la asociación europea, considera que en el corto plazo, con el actual nivel de ocupación aérea, habrá poco impacto. A estas alturas, todo está reservado.

El impacto a medio plazo, sin embargo, abre muchos interrogantes. Basta abrir el foco para comprobar cómo ha caído la cifra de visitantes en los países golpeados de forma reiterada por estos atentados indiscriminados. Un reciente informe de la cancillería francesa confirma que durante 2016 el país, primer destino mundial, perdió 1,3 millones de turistas y 2.200 millones en ingresos turísticos. Es el coste directo de las matanzas en París o Niza.

Los países del Mediterráneo oriental, competidores en el segmento del sol y playa, han visto hundirse sus cifras de afluencia tras años de atentados y de inestabilidad política: Turquía ha perdido un 10%; Túnez, un 18,7%, y Egipto la friolera del 51% en 2016.

No quedan destinos refugio

¿Se sumará ahora a la lista de perjudicados España, que durante años se ha beneficiado de ese «turismo prestado» (hasta un millón extra al año, según BBVA Research)? Dentro del dramatismo de la situación, los dirigentes consultados coinciden en que la globalización del terror hace que prácticamente ya ningún destino cuente con esa vitola de «destino refugio». Es decir, que sufrir un atentado ya no sería una gran desventaja competitiva: «Desde el 11s ningún destino es seguro», resume Eva Blasco. «Ese impacto está amortizado porque estamos ante una serie de atentados de este tipo en toda Europa: la inseguridad es general. Dentro del desastre podemos estar tranquilos», apunta Toni Mayor.

Francesc Colomer, director de la Agència Valenciana de Turisme, pide cautela: «Es muy pronto para hacer pronósticos. No hay certezas. Creo que este episodio no afectará a España. Hemos de continuar manteniendo la narrativa optimista. Y transmitir seguridad y confianza. Otras zonas tienen una significación diferente. Y ojalá se recuperen Túnez, Turquía y Egipto. Es una batalla global», concluye.

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