Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Trabajos a pie de playa

Oficios sobre la arena

Numerosos estudiantes aprovechan el perido estival para trabajar en la playa y conseguir un dinero extra con el que mantenerse el resto del año

Oficios sobre la arena

La canícula invita a disfrutar de los largos días de calor en la playa. Mar, sol y tumbonas son una combinación difícil de rechazar. Sin embargo, son muchos los jóvenes estudiantes que aprovechan el perido estival para ganar un dinero extra.

Félix Sanchis es uno de ellos. Renuncia a sus vacaciones para trabajar en una empresa de alquiler de hamacas y sombrillas en la playa de la Malva-rosa de València. Cinco euros cada unidad. «Con todo lo que hablas cada día no hace falta apuntarte a ninguna clase para aprender italiano», bromea. El 90 % de los clientes que hacen uso de este servicio de alquiler proviene de Italia, asegura.

Sara Ballester, otra joven que trabaja en esta playa, añade que «la mayoría de los extranjeros que vienen están hospedados en los hoteles del Puerto. Pero también hay muchos vecinos de la ciudad, que se trasladan aquí en tranvía y autobús».

Sara se encarga de atender uno de los muchos quioscos que ofrecen comida a los visitantes, sobre todo ensaladas y bocadillos, pero también bebidas o conjuntos de juegos de playa, como cubos o palas. Una manera, afirma esta joven, de asegurarse una mayor clientela y, por tanto, más beneficios.

«Los precios son un tanto elevados, a excepción del agua: una botella de litro y medio llega a costar 1,5 euros. Los refrescos ya ascienden a los 2,2 euros», reconoce. No obstante, afirma que son bastante asequibles para los turistas extranjeros, aunque no tanto para los locales y nacionales. «Es, por esta razón, por la que los valencianos acaban viniendo con sus propias sillas y sombrillas», afirma Félix.

En la Patacona, Adrià Ferro se dedica a vigilar la playa para poder conseguir unos ahorros que le permitan mantenerse durante el resto del año. Este estudidante de 20 años trabaja durante los meses de verano como socorrista de Protección Civil. No esconde su sentimiento de orgullo por uno de los empleos más solicitados por los estudiantes en pleno periodo estival.

En su tiempo libre, además, es entrenador de natación, por lo que, admite, siempre ha centrado sus intereses laborales en el mundo acuático en el que más a gusto se encuentra.

En el caso de Javi Llamas, su trabajo en la Escuela Mediterranea Summer Surf le ha «salvado» de seguir como un «nini». «Antes de empezar en esto, ni estudiaba, ni trabajaba», asegura. Ya llevaba un mes en el negocio.

En esta escuela, además de dar clases de paddlesurf y surf, se pueden alquilar por diez euros la hora las tablas para los deportistas más expertos. Como es el caso de Ángeles, quien reconoce difrutar de los servicios de la escuela desde hace más de un año.

«Es perfecto, normalmente solo se ofrece en playas más turísticas, pero para los que vivimos aquí es un soplo de aire fresco», afirma.

Hay quienes también realizan otro tipo de «trabajo» al grito de «cerveza y bebidas frías, collares, gafas y mantas». Peinan la playa varias veces al día, mientras miles de bañistas toman el sol.

En el BeachBol, un local en la playa de la Malva-rosa, el turista puede dedicarse a comer, beber, jugar y, además, entrenar su deporte favorito. Un espacio único donde se rinde culto a la vida saludable. Diecisiete pistas de voleibol conforman una oferta pionera, que se completa con una zona donde realizar yoga y fitness. Actividades totalmente gratuitas a las que todo el mundo puede acceder.

Sofía Salinas, encargada del local, defiende el servicio que ofrecen a los visitantes. «Es un espacio que vende la imagen de salubridad, por lo que todas nuestras comidas están pensadas desde el punto de vista más saludable: ensaladas, zumos de frutas, bebidas sin alcohol o sándwiches con ingredientes totalmente naturales».

Un local que también permite relajarse en una terraza mientras se disfruta de una amplia variedad de batidos. A lo que se añaden los anhelados aseos: «Un servicio totalmente necesario en una playa donde son casi inexistentes», añade Sofía.

Compartir el artículo

stats