La Plataforma ciudadana contra la islamofobia lucha desde el año 2011 contra toda forma de rechazo, aversión y hostilidad hacia esta religión y todo lo relacionado con ella. El odio al islam provocó 573 incidentes en 2016, recopilados por la Plataforma ciudadana contra la islamofobia ya que el Ministerio de Interior no los diferencia del resto de delitos de odio, lo que supuso un aumento del 106% respecto a 2015, cuando se registraron 278.

Unas cifras que se dispararán cuando se realicen las estadísticas de 2017 ya que, tras los atentados de Barcelona y Cambrils, el ciberodio se ha apoderado de las redes, según confirma a Levante-EMV el coordinador de la Plataforma ciudadana contra la islamofobia y presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra. En algunos casos el odio ha mutado de lo virtual a la realidad, como la agresión a un menor de edad en Sagunt por su origen marroquí, además de ataques a mezquitas y pintadas islamófobas.

Aunque Ibarra advierte al respecto que «el ciberodio y la islamofobia son aliados del terrorismo. Es lo que los terroristas persiguen», explica en conversación telefónica con Levante-EMV. El camino para combatirlos no va a ser fácil e Ibarra es consciente del ingente trabajo por delante. Pero no se arredra. «Igual que todos lo vascos no eran terroristas, tampoco lo son todos los musulmanes», señala el presidente de Movimiento contra la intolerancia. «Hay que achicar el espacio social de los terroristas como hicimos con ETA» defiende mientras recuerda que en España existen dos millones de musulmanes de los que «un tercio son españoles».

«El único antidoto es el respeto»

Ibarra también considera que los ataques islamófobos son promovidos por los movimientos de ultraderecha para obtener réditos políticos y electorales, como sucede en países como Francia, Grecia y Holanda. De ahí que se hayan multiplicado los ataques de ciberodio contra el islam. «Si el año pasado contabilizamos alrededor de 500 incidentes en toda España, tras los atentados se han registrado cientos. Y no va a bajar», advierte el coordinador de la Plataforma ciudadana contra la islamofobia. Por ello reclama a la Fiscalía que «sea proactiva y que actúe de oficio. Que no esperen a que las propias víctimas o una ONG presenten denuncia». Y que se actúe desde los centros religiosos. «En el perfil de los terroristas que atentaron en Barcelona y Cambrils vemos que no es un problema de pobreza, sino de fanatismo. El único antidoto es el respeto a la vida y valorar la igualdad y dignidad de todas las personas».

Al respecto, la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, defendió ayer la necesidad de trabajar con expertos en mecanismos que permitan detectar «cómo se puede producir un cambio en el cerebro de una persona hasta convertirla en un monstruo de la noche a la mañana» porque eso es lo que protegerá a la sociedad. «No hay bolardo que nos pueda proteger si no tenemos mecanismos de detección de qué pasa en la cabeza de una persona y poderlo detectar antes de que sea demasiado tarde», defendió.

Oltra respondía así al ser interrogada sobre las críticas en torno a la coordinación policial surgidas tras los atentados de Barcelona y Cambrils, así como las medidas de seguridad implementadas a raíz de estos ataques terroristas.

Tras recordar que hoy sábado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, estará en la manifestación contra el terrorismo en Barcelona en representación del pueblo valenciano, ha reconocido que «lo primero que ha fallado es airear esto después del atentado tan terrible que ha padecido Barcelona, me parece un despropósito», ha indicado, para agregar que «claro que han fallado cosas», pero no considera que haya sido en el ámbito policial, pese a que «el error está siendo este cruce de acusaciones mutuas» entre cuerpos.

Para Oltra, «algo tiene que fallar cuando personas que todavía no han cumplido los 25 años, algunos ni los 18, que aparentemente estaban integrados en la sociedad en un lapso de tiempo muy corto se convierten en unos monstruos sin empatía, asesinos, terroristas. Sobre eso deberíamos estar reflexionando: qué hacer para que desde el sistema educativo, los servicios sociales, las entidades cívicas sociales tengamos mecanismos para detectar estos procesos», defendió la también consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, que aboga por «ver con expertos cómo se puede producir un cambio en el cerebro de una persona hasta convertirla en un monstruo de la noche a la mañana».

También defiende que se aborde la política exterior de España porque mientras se habla de bolardos no se pone encima de la mesa que «colaboramos con gobiernos que financian estos grupos terroristas y nosotros les estamos dando las armas que luego utilizan contra la gente en Europa, Irak, Afganistán o en Nigeria, donde cogen explosivos, se los atan a un bebé y lo lanzan entre la multitud. Y nosotros estamos financiando eso», lamenta la vicepresidenta valenciana, que se pregunta si esa política exterior se va a revisar y si se va a ir a «la raíz» del terrorismo.