Los suelos agrícolas de la Comunitat Valenciana pueden llegar a captar más de 24 millones de toneladas de carbono orgánico, lo que equivaldría al CO2 emitido a la atmósfera por el uso de combustibles fósiles durante ocho años.
La cifra óptima de captura se alcanzaría en un plazo de entre 15 y 100 años, dependiendo de la utilización o no de prácticas agrícolas sostenibles, y el CO2, según un estudio realizado por Fernando Visconti y José Miguel de Paz, del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). El CO2 se conservaría en los primeros 20 centímetros del suelo en forma de materia orgánica, lo que resultaría también muy beneficioso para la conservación de la superficie.
La investigación sobre la 'Estimación de la capacidad potencial de secuestro y emisión de CO2 de los suelos agrícolas de la Comunitat Valenciana', publicada en la revista Ecosistemas, destaca que el suelo presenta en los agrosistemas una capacidad de secuestro "ostensiblemente mayor" que la biomasa vegetal y por ello es el principal objetivo de las investigaciones por el papel que puede jugar contra el cambio climático.
Un objetivo posible
Sin embargo, la capacidad de secuestro está condicionada al uso de técnicas de cultivo no convencionales o de conservación. De no hacerse así, no solo no habría captura sino que los niveles de emisión de CO2 incluso podrían aumentar en más de 22 millones de toneladas.
José Miguel de Paz, investigador del IVIA y coautor del estudio, recomienda usar métodos que no resulten "agresivos para el suelo, intentando siempre que sea posible no romperlo, disminuyendo el laboreo o enriqueciendo el suelo con los propios residuos de las cosechas, ya que aportan materia orgánica".
En cuenta a la naturaleza de los cultivos, el experto no se decanta por ninguno en particular. "Lo importante no es lo que se cultiva sino cómo", asegura, aunque destaca los pastos por la superficie que ocupan y las plantas que enraízan profundas.
El estudio recomienda recurrir a praderas temporales, así como "evitar o minimizar el barbecho y el suelo desnudo entre filas". Sugiere además "la mejora de las rotaciones, la optimización de la productividad" o el uso de fertilizantes naturales o de abonos verdes que permiten conservar el suelo.
Un proceso de años
El secuestro de CO2 por los suelos agrícolas es un proceso largo. Si la captación de CO2 por parte de algunos cultivos de herbáceas y hortalizas puede llevar meses, o décadas para los árboles, los procesos de captura en el suelo son muy lentos y pueden llevar incluso cientos de años. Sin embargo, la destrucción del suelo provoca una liberación mucho más rápida , con graves consecuencias ya que esta relacionada con el cambio climático.
En el caso de la Comunitat Valenciana, las buenas prácticas agrícolas pueden conservar en el suelo el CO2 equivalente a 8 años de uso de combustibles fósiles en un plazo de 15 a 100 años. O liberar, en caso contrario, y en mucho menos tiempo el gas responsable del calentamiento global lanzado a la atmósfera por esos mismos vehículos durante siete años y medio.
