Unos 30.000 alumnos valencianos van a iniciar el próximo 11 de septiembre la nueva etapa escolar en el mismo curso en el que acabaron la anterior. La Comunitat Valenciana es una de las que mayores tasas de repetición tiene en el conjunto de España.

Y no es una cuestión menor para la gestión del dinero público. Unos 120 millones de euros anuales, según las estimaciones de la conselleria, se escabullen cada año por la rendija de la repetición ya que la inversión anual por alumno que la Generalitat realiza se pierde en el caso de esos 30.000 alumnos, 21.127 en ESO y otros 9.058 en Primaria. Además, el porcentaje de alumnos que repite alguna vez entre los 6 y los 16 años se sitúa en la Comunitat Valenciana entre el 35 y el 38%, según curso, también uno de los porcentajes más elevados de España.

Por eso, el departamento que dirige Vicent Marzà defiende introducir modificaciones en la repetición de curso en un futuro pacto educativo para tratar de reducirla al máximo, una medida que el secretario autonómico de Educación e Investigación, Miquel Soler, ya ha planteado en diferentes foros, incluso el Congreso, donde hace unos meses acudió como experto.

Esos 120 millones es lo que, por ejemplo, cuesta contratar a 4.000 profesores. Por eso, el Consell considera que sería mucho más eficiente destinar ese dinero al refuerzo de los estudiantes con más dificultades y que solo repitieran aquellos alumnos con una falta de adaptación muy elevada o los que por cuestiones biológicas sean más inmaduros, es decir, aquellos en los que se considere que es la única opción.

La conselleria cree que solo por el coste económico ya vale la pena plantearse la eficiencia de la repetición de curso, que en la gran mayoría de los casos tampoco ofrece al alumno grandes ventajas pedagógicas ni supone avances educativos, como corroboran el informe PISA o los de la OCDE que desaconsejan repetir. Sin embargo, esta medida de rebajar al máximo las repeticiones encontraría el rechazo, por ejemplo, de los profesores porque creen que desincentiva el esfuerzo.

Cinco mil euros por alumno

Con los datos que ha ofrecido esta semana el Ministerio de Educación, que sitúan la inversión valenciana por alumno en unos 5.000 euros por escolar, ese sería el dinero que cuesta cada repetición aunque hay casos que llegan a repetir hasta tres veces por lo que ese coste se triplicaría.

Soler llama, en declaraciones a Levante-EMV, a realizar una reflexión sobre si ese coste extra de 120 millones anuales, que se pierde en buena parte de los casos porque muchos de los repetidores abandonan antes de obtener la graduación, sería más útil destinarlo a incrementar los grupos de refuerzo o a contratar profesorado que pueda trabajar con los alumnos que tienen más dificultades de una forma más individualizada o en las asignaturas que les generan más problemas o bien facilitar la reducción en la ratio del alumnado. «Esta sería una inversión mucho más útil para el dinero público», remarca Soler.

«Lo que queremos es acabar -explica el secretario autonómico- con ese discurso de ‘si no va bien, que repita’, porque al final el alumno se ve con otros compañeros, con otros profesores y lo que esto provoca en muchos casos es que materias que ya había aprobado, las suspenda en la repetición; además se da el caso de que si un alumno repite, por ejemplo primero de la ESO, ya sabe que el año que viene no puede repetir y esto al final es un problema», dice.

Soler se reafirma en que no es partidario de suprimir en todos los casos la repetición, pero sí de restringirla al máximo.

Más repetición en Secundaria

Según los datos de la conselleria, primero y segundo de ESO son los cursos con más repetición. En Primaria, los criterios para decidir si un alumno debe repetir curso son cualitativos, es decir el claustro decide siempre sobre conceptos como el nivel de madurez o de conocimiento en las áreas instrumentales (lengua y matemáticas) en una etapa en la que la mayor parte de repeticiones se dan en segundo curso, es decir, antes de cumplir los siete años. El curso pasado repitió en la Comunitat Valenciana el 2,9 % del alumnado.

En Secundaria, en cambio, los criterios son cuantitativos, ya que está en relación con las asignaturas suspendidas. El año pasado suspendieron en las escuelas valencianas el 11% de los alumnos de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Antes de la Lomce se podía promocionar con tres suspensos, pero con la llegada del PP solo se sigue con dos suspensos y tres de forma excepcional si no son asignaturas instrumentales.