El Ministerio de Fomento admite en el pliego de condiciones técnicas del nuevo estudio informativo para la línea de alta velocidad entre València y Castelló que en este tramo de 61 kilómetros existen «importantes problemas de explotación» por la heterogeneidad del tráfico ferroviario. Una congestión advertida desde hace años por los defensores del corredor mediterráneo (tanto los de primera como los de última generación). Y que el ministerio ha querido resolver con el remedo del tercer carril que se inaugurará ya saturado.

Así lo admite la subdirección general de Planificación Ferroviaria quien admite, en el pliego de prescripciones técnicas del nuevo estudio informativo de la futura línea de alta velocidad, que «la gran heterogeneidad de tráficos genera importantes problemas de explotación, entre los que se incluye la penalización para los servicios de largo recorrido ante las complicaciones existentes para insertar estas circulaciones en la malla de Cercanías (entre València y Castelló)».

Y es que por este tramo de 61 kilómetros circulan diariamente cuatro tipos de tráficos ferroviarios con necesidades bien distintas. De una parte los servicios de largo recorrido del eje mediterráneo (desde Murcia a Barcelona) y los trenes directos desde Madrid. De otro lado las cercanías de València a Caudiel (C-5) y la C-6 entre València y Castelló. A ellas se suman las circulaciones regionales de València a Vinaròs y Zaragoza. A las que hay que añadir las mercancías -las peor parada de esta congestión-, cuyo tráfico «corresponde principalmente a circulaciones de cargas y de transporte combinado que discurre principalmente hacia el norte por el corredor mediterráneo».

Al encaje de bolillos que se debe hacer para organizar esta malla ferroviaria se suma, además, la ocurrencia del tercer carril en una de las dos vías entre València y Castelló (lo que obligará a a los trenes a circular por la misma vía tanto a la ida como a la vuelta desde la capital de La Plana). Un proyecto que nace cojo e infradimensionado. «En estos momentos la ejecución de las obras correspondientes a una de las vías se ha finalizado y se encuentra en fase de pruebas. Una vez entre en servicio esta vía (previsiblemente en el cuatro trimestre de 2017) se comenzarán las obras en la otra vía de este mismo tramo para incorporar el tercer carril», admite Fomento.

Dieciséis años de espera para 61 km

El diseño de la nueva línea de alta velocidad entre València-Castelló se aprobó en el Pacto de Murcia del 8 de enero de 2001, aunque el estudio informativo no salió a información pública hasta el 21 de diciembre de 2002. La declaración de impacto ambiental se logró el 17 de mayo de 2006, por lo que la aprobación definitiva del trazado se demoró hasta el 19 de junio de 2006, como ha detallado Levante-EMV desde el martes.

En los años posteriores se llegaron a adjudicar las obras de algunos tramos e, incluso, se iniciaron las expropiaciones de terrenos. Pero ahora, más de una década después, el Ministerio de Fomento se descuelga con la necesidad de redactar un nuevo estudio informativo de este tramo que debe definir «las distintas opciones de trazado que puedan plantearse para una conexión ferroviaria de alta velocidad entre València» para lo que tomarán «como punto de partida, el anterior estudio informativo aprobado a mediados de 2006». Como la oscarizada película «Volver a empezar».