Ximo Puig y Mónica Oltra incidieron ayer en que lo importante no es la discusión sobre nombres (nación, sí o no), sino sobre el trato a los ciudadanos de los diferentes territorios.

España se rompe cuando alguien que vive en la Comunitat Valenciana no tiene los mismos derechos que otra que vive en otra zona y no porque «un territorio se conceptúe a sí mismo de una manera u otra», dijo ayer la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, que evitó cargar contra pedro Sánchez por no citar al territorio valenciano entre los tres que él considera «nación».

Puede haber diferentes maneras de expresar «el concepto de cada territorio», pero lo importante es que se garantice «la igualdad de derechos de todos los ciudadanos», dijo. Algo que ahora no sucede, agregó.

El jefe del Consell y secretario general del PSPV también esquivó cualquier declaración crítica con el líder del PSOE, con quien ya ha tenido enfrentamientos en el pasado. La C. Valenciana es «una nacionalidad histórica no porque no lo diga yo, sino porque lo dice el Estatut». Por tanto, «entrar en un debate nominalista no creo que sea productivo», dijo.

La tercera parte del Pacte del Botànic y apoyo externo del Consell sí cargó contra Sánchez, al que acudó de tener «una muy mala comprensión de lo que es España y, muy especialmente, del pueblo valenciano». «Los dirigentes del PSOE siguen lejos de comprender el carácter plurinacional de España», añadió.

Lejos de ese concepto de plurinacionalidad se situó ayer el delegado del Gobierno, en pleno cisma catalán. Juan Carlos Moragues pidió no alimentar «alegremente» debates sobre la nacionalidad y defendió la vigencia del artículo 2 de la Constitución, «donde se establece la indisoluble unidad de la nación española».