Cuando la semana pasada Mariano Rajoy citó a Ximo Puig para hoy en el Palacio de la Moncloa ya se sabía que esta iba a ser una semana importante en el conflicto con los soberanistas catalanes. Así ha sido. La reunión se produce cuando el anunciado desafío ya es un hecho. Presidencia del Gobierno ha mantenido el encuentro, si bien avanzó ayer la hora del mismo (10.00 horas).

La esperada cita (solicitada por Puig por carta hasta en tres ocasiones en el último año) corre el riesgo así de ser invisible mediáticamente en Madrid, con los focos puestos en las relaciones con Cataluña. Conclusión: el problema valenciano puede quedar oculto hoy por el procés catalán.

Pero siempre hay opiniones distintas. En el Palau de la Generalitat hay quien considera que la coincidencia con el fervor del conflicto catalán puede ser una oportunidad para la agenda valenciana, porque todas las miradas estarán puestas hoy en la Moncloa, aunque no sea precisamente por la presencia de Puig.

El jefe del Consell acude con la intención de poner encima de la mesa del presidente del Gobierno la infrafinanciación y la discriminación en inversiones de la Comunitat Valenciana.

Parece complicado, pero Puig dijo ayer en Vila-real que «en 2017 se ha de cerrar la propuesta de un nuevo modelo» de financiación. Es lo que anunció Rajoy en enero pasado, durante la conferencia de presidentes autonómicos. Sin embargo, recientemente el Gobierno ya ha dado por hecho que no habrá nuevo sistema hasta 2018. Puig también se refirió ayer a que el reciente informe de los expertos constata un déficit de 16.000 millones de euros para que las comunidades puedan hacer frente a los servicios fundamentales transferidos. «Dentro de la normalidad institucional plantearé los problemas reales que sufrimos con la falta de financiación, la deuda histórica que acumulamos y la falta de inversiones», dijo, según Efe. Habrá que ver qué logra en la Moncloa.