La puja mínima era de mil euros, pero finalmente se ha vendido por 6.500. El coche blindado de Alfonso Rus ha sido subastado y adjudicado a un vecino de Albaida que finalmente le dará una segunda vida al vehículo que parecía desahuciado después de que ya saliera a concurso hace ahora un año y la subasta quedara desierta. En aquella ocasión el precio de salida era de 12.000 euros.
Ahora, por la mitad de precio, el vehículo con el que el expresidente de la Diputación de València recorría la provincia se quedará cerca de «casa», a apenas 25 kilómetros de Xàtiva, ciudad natal de Rus. El comprador es un empresario de la localidad de la Vall d´Albaida, según información pública sobre contratos del Estado. El adjudicatario deberá ahora presentar la documentación requerida para confirmar que está al día de los pagos con Hacienda, último trámite antes de recoger las llaves del vehículo blindado.
Se trata del Audi A8 4.2 L FSI Quattro Tiptronic, un coche que la actual diputación, presidida por el socialista Jorge Rodríguez, quería jubilar por su elevado coste tanto económico como ecológico. El vehículo cuenta con más de 460.000 kilómetros y permanece ya dos años en el parque móvil de la diputación situado en la avenida Peset Aleixandre de València.
El blindado consume 15,7 litros por cada 100 kilómetros en ciudad y 8,2 litros por cada 100 kilómetros en carretera, con lo que deja un consumo medio de 10,9 litros a los 100 kilómetros. El A8 «resubastado» tiene una potencia de 350 caballos, alcanza una velocidad de 250 km/h y tiene un nivel de emisiones de CO2 de 259 gr/km. Unas cantidades que chocan con la flota de vehículos sostenibles que quiere lograr la diputación valenciana, a la que se acaban de incorporar dos coches híbridos para que sean utilizados por el presidente y la vicepresidenta Maria Josep Amigó.
Por el coche de Rus han pujado un total de trece interesados, algunos incluso de zonas tan lejanas de la «terreta» como Guipúzcoa. Iniciaron el concurso ofreciendo cantidades lo más ajustadas a la baja posible. Según explicaron fuentes consultadas, el empresario de Albaida dio un giro a la subasta cuando puso sobre la mesa los 6.500 euros. El «¡a la de tres!» sonó pronto al escucharse esa cifra. Nadie quería gastar un euro de más en un coche que, según distintas fuentes consultadas, «no sirve más que para chatarra». Eso sí, chatarra de lujo.
