No hay paso atrás. El discurso ayer del presidente de la Generalitat dejó claro que la reversión de concesiones de áreas de salud a la empresa privada continúa adelante. A pesar de presiones, informes y reuniones al más alto nivel.

El rescate del Hospital de Alzira y el departamento de la Ribera se complementará en 2018, como estaba previsto, y de cara al día después Ximo Puig anunció un plan de mejoras en la atención primaria y en las instalaciones comarcales.

Y no es el final. Después de la Ribera será el área de salud de la Marina. Uno de los compromisos realizados por Puig es el de inciar los trámites necesarios para resolver la concesión de este departamento a la sanidad privada.

El jefe del Consell alegó «motivos de eficiencia, eficacia y calidad» para esta política de rescate de las concesiones. «No es una decisión ideológica. Podría serlo, pero quiere abordar la mejora de los derechos de las personas», dijo. «No implica la finalización de colaboración privada -precisó-, pero sí estamos radicalmente en contra del descontrol, la ineficacia y el amiguismo».

La alianza con el IVO, a falta de rubricar, forma parte de ese apoyo en la iniciativa privada.

El gerente del Hospital de Alzira, Javier Palau, replicó que en La Ribera «se han invertido 139 millones» y la empresa trabaja en un proyecto para los próximos 10 años.

El otro anuncio potente en lo que respecta a la conselleria de Carmen Montón (Isabel Bonig insinuó que le están abriendo la puerta de salida) es el de acabar «con 15 años de promesas incumplidas y ampliar el Hospital Clínico de València». Será a través de la adquisición del edificio contiguo de la Escuela de Agrónomos, en desuso desde hace lustros.

Un problema que también permanece desde hace años es el de las listas de espera. «Las cifras siguen siendo inaceptables». Y por eso un plan con 1,5 millones.