Lleva poco más de dos meses en el cargo. Su vehemencia y pasión invitan a pensar que cree en el Comite Europeo de las Regiones, una institución con nombre sonoro pero solo consultiva en la arquitectura de la UE.
Lambertz conoce bien las tensiones entre comunidades en un mismo Estado, porque forma parte de la minoría alemana de un país en eterno conflicto interno: Bélgica. Es lo primero que dice cuando se le pregunta sobre Cataluña, una crisis que demuestra conocer en profundidad.
Diálogo y más diálogo. Eso y respeto a la ley, que no puede serlo todo. Son los principios que enumera para «intentar salir a flote». «Siempre hay que reiniciar. Hasta encontrar una solución»- Es la fórmula belga desde hace cincuenta años, explica: negociar, fracasar, volver a negociar y encontrar alguna solución al final que sirva para una década. Hasta la próxima crisis. Tiene esperanza en una «solución constructiva» en España, «aunque ahora no la veo», confiesa.
Sabe que Cataluña es «el tema» para los periodistas españoles, así que a la segunda pregunta en la conferencia de prensa rechaza insistir para no ocultar el objetivo de su presencia en València: una jornada de los socialistas europeos de inicio de su curso político. No obstante, en la posterior entrevista personal, no rehúye «el monotema».
P ¿Las decisiones adoptadas en el Parlament catalán diría que son un golpe de estado institucional?
R En muchos momentos nos hemos encontrado en Bélgica como ahora en España, con puntos de vista incompatibles. La historia nos ha enseñado que incluso en estas ocasiones tenemos siempre que contribuir a negociar y buscar acuerdos, aunque suponga reorganizarlo todo. Si la última tentativa en Cataluña, la de 2006, hubiera tenido éxito, no estaríamos donde estamos hoy. Esto es un diálogo de sordos.
P ¿A qué se refiere?
R El gobierno juega con los principios de derecho constitucional, que no prevé la secesión, y los catalanes invocarán el derecho internacional para decidir su futuro. Pero invocando el derecho no se va a encontrar una solución. Lo que hay que evitar a toda costa es recurrir a la violencia. Como observador extranjero y con una función de responsabilidad, me interesa llamar al diálogo por muy difícil que sea e intentar soluciones que pueda aceptar cada bando. Sé que lo digo no es la solución, porque solo los propios protagonistas la pueden encontrar, pero tengo la esperanza de que llegará el momento en que todos estarán alrededor de una mesa de negociación y podrán ir más allá de declaraciones de principios, que solo bloquean el diálogo.
P ¿Pero para la UE es un problema el conflicto catalán porque puede abrir la puerta a procesos similiares?
R Para la UE, este es un problema interno de un estado, mientras se respeten los grandes principios internacionales. La UE ya tiene bastantes problemas y no busca añadir uno más. El tema ha sido debatido muchas veces y la UE deberá convivir con las situaciones que se van a crear en los meses que vienen. Ojalá estar dentro pueda ayudar a desdramatizar la situación.
Lambertz se cree su papel. «La diversidad de Europa es una gran riqueza y se expresa más a través de las regiones que de los estados, que son más recientes y construidos de una manera un poco violenta», afirma. Las regiones «son importantes poque las cosas ocurren en esa dimensión: los responsables son los más cercanos al ciudadano», abunda.
P Pero el CdR tiene un papel secundario, consultivo, en la UE. ¿Debería ser una especie de cámara territorial?
R Es correcto, pero es un instrumento muy potente, porque para toda la legislación nos tienen que consultar. Si hubiera que volver a reorganizar la UE habría interés por reforzar el Comité de las Regiones, pero si concentramos nuestros esfuerzos en una reforma de nuestras estructuras la gente se alejará más de Europa. Las estructuras son muy imperfectas, perdimos en Niza la oportunidad, pero ahora hay que vivir con lo que tenemos y producir resultados, crear el aliento para llegar a la reforma institucional.
P «El CdR apoya el corredor mediterráneo», era el titular de hace unas semanas. ¿Tiene algún valor real ese apoyo?
R No es simplemente una declaración. Hemos entendido que la estrategia de los corredores en su conjunto es muy importante, hemos buscado contactos con expertos y dimos nuestra opinión. Que el presidente valenciano sea el ponente de nuestro dictamen sobre infraestructuras no es por accidente, lo hemos elegido para empujar este tema. Es más fuerte su posición ante la UE si representa un punto de vista común que si va solo. Es una especie de acción de lobby politico. Y muchas veces surge efectos. De verdad.
